TruenosBuenos Aires
Los inversionistas han celebrado la sólida victoria electoral de Sebastián Piñera, el multimillonario expresidente de Chile. Pero a pesar del mejor desempeño en las urnas para un candidato de la derecha en la historia del país, el nuevo líder enfrenta una batalla para implementar sus reformas amigables con las empresas.
En el último giro a la derecha en Latinoamérica, el exmagnate del sector aéreo de 68 años superó a su rival de centroizquierda Alejandro Guillier, un expresentador de televisión apoyado por el gobierno, tras ganar un 54,6% de los votos en la segunda vuelta.
Sin embargo, en un Congreso fragmentado y polarizado, Piñera luchará para revertir las reformas sociales implementadas por Michelle Bachelet, la saliente presidenta de izquierda, después de que asuma el poder el 11 de marzo.
“Esta es una victoria electoral clara, pero no necesariamente una política”, dijo Javier Sajuria, cientista político de Queen Mary, University of London. Sajuria destacó que la mayoría de las medidas de Bachelet que apuntan a reducir la desigualdad fueron incorporadas en el manifiesto de Piñera en la primera vuelta.
“Tendrá que enfrentar un Congreso muy difícil, lo que significa que no deberíamos esperar mucho movimiento hacia posiciones más conservadoras”, afirmó.
El índice bursátil local IPSA ganó casi 7% al inicio de las operaciones ayer, habiendo subido con fuerza recientemente después de seis años de estancamiento en anticipación a la victoria de Piñera, que lo ve unirse a Mauricio Macri, de Argentina, como otro empresario exitoso que se convirtió en presidente en Latinoamérica.
Entusiasmo moderado
Pero Edward Glossop, economista de Capital Economics, espera que el entusiasmo de los inversionistas se vea moderado por las dificultades que enfrentará Piñera, que han prometido revivir el sector minero de Chile mejorando la regulación, para impulsar la inversión al recortar los impuestos corporativos y reducir el déficit fiscal.
“La buena noticia es que probablemente haya acción en el cambio en el presupuesto con Piñera”, escribió Glossop en una nota a clientes, apuntando que hay un amplio consenso en los mayores partidos de centro de la necesidad de una consolidación fiscal. “La mala noticia es que el progreso en otros temas –en particular en los recortes a los impuestos corporativos- podría ser más difícil”.
Piñera enfrenta una serie de obstáculos. No tiene mayoría en el Congreso, y después de que sólo recientemente subiera la tasa de impuesto corporativo, es poco probable que la coalición gobernante de centroizquierda apoye reducirla.
Más aún, después de que Bachelet introdujera la representación proporcional, terminando con casi tres décadas de dominio bipartidista, la irrupción del bloque izquierdista Frente Amplio como la tercera fuerza política de Chile en las elecciones parlamentarias del mes pasado le permitirá obstruir las iniciativas del gobierno.
El bloque realizó una incursión temprana ayer en respuesta a la propuesta de un parlamentario de derecha de revocar algunas de las reformas a la educación de Bachelet. “Desde el Frente Amplio nosotros defendemos firmemente la educación como un derecho. Y eso significa que el dinero no puede ser un factor de selección”, dijo el congresista del Frente Amplio Gabriel Boric en un tuit.
Rebote del crecimiento
Piñera también ha prometido devolver al país a los niveles de crecimiento que vieron a Chile convertirse en uno de los países más ricos de Latinoamérica en los últimos 40 años. Capital Economics espera que el crecimiento rebote a 2,3% el próximo año, por debajo del consenso del mercado de cerca de 2,8%.
Bachelet presidió con menos de un 2% de crecimiento ya que el precio del cobre –el motor de la economía chilena- se derrumbó. Es probable que Piñera se beneficie de un rebote en los precios, tal como lo hizo en su primer período, entre 2010 y 2014, cuando vio un crecimiento anual de más de 5%.
Giro regional
El giro a la derecha en Chile llega tras una negativa campaña que vio a Piñera advertir que el país se arriesgaba a seguir el camino de la golpeada Venezuela si su rival era electo. Sigue a un período de dominio para los gobiernos de izquierda que llegaron al poder en toda la región durante el auge de los commodities desde el cambio de siglo.
Brasil, México y Colombia tendrán reñidas elecciones presidenciales el próximo año que podrían consolidar la tendencia derechista.
Piñera sucederá a Bachelet por segunda vez, después de que su victoria electoral en 2010 lo viera convertirse en el primer líder de centroderecha en ganar la presidencia de Chile tras la caída del general Augusto Pinochet en 1990.
Esto ha generado temores sobre el estancamiento de la política chilena, con menos de la mitad del electorado asistiendo a las urnas el domingo y con Piñera siendo electo con menos de un 27% de los votantes.
Esa proporción ha caído constantemente desde el retorno de la democracia bajo el liderazgo de Patricio Aylwin, quien fue electo por casi un 47% de los votantes.