Por Robin Harding
Washington
Las cifras de empleo de EEUU en enero erraron los pronósticos por mucho, pero la tasa de participación laboral subió.
Ahora ha habido dos meses consecutivos de débil crecimiento en las nóminas: 113 mil nuevos puestos en enero, luego de 75 mil en diciembre. Estos números llegaron mientras otros datos e influencias sobre la economía han sido positivos. Por lo tanto, surge la pregunta sobre si es tiempo de preocuparse o no. Pero la respuesta es no todavía. Las cifras mensuales de las planillas son volátiles -para comenzar, hay un error de muestra de hasta 90 mil empleos- y por eso la mayoría de los analistas ve el promedio de varios meses. En los últimos tres meses, la expansión promedio de puestos fue de 154 mil. Para los últimos seis meses, la cifra subió un poco a 177.500, debido a las revisiones a los datos de 2013.
Si estos promedios caen hacia 100 mil u otros datos muestran patrones de debilidad, entonces es tiempo de entrar en pánico, pero aún no estamos ahí.
Una de las razones del bajo crecimiento podría ser el frío. La mayoría de los analistas culpó del débil informe de diciembre al mal tiempo. En enero se mantuvo el frío en grandes partes del este del país, por lo que es posible que el tiempo haya tenido un efecto.
Sin embargo, la evidencia no es convincente. Según la encuesta de hogares, 262 mil personas no pudieron ir al trabajo debido al tiempo, pero Capital Economics observó que eso es menos que el promedio del mes de 330 mil.
Otro factor podría haber sido la expiración de los beneficios de desempleo. Cientos de miles de personas que habían estado recibiendo un cheque mensual dejaron de percibirlo el mes pasado. No es posible separar el efecto directo, pero los datos mostraron algo de impacto.
Hay dos respuestas lógicas al perder los beneficios: aceptar cualquier trabajo o dejar de buscar. El empleo subió bruscamente en 616 mil en la encuesta de hogares, y el desempleo cayó en 117 mil. Eso llevó la tasa de desempleo a 6,6%. Además, el porcentaje en la fuerza laboral repuntó desde 62,8% a 63%.
Si bien la Reserva Federal preferiría un crecimiento más fuerte del empleo, los recientes datos no son muy problemáticos para que el banco central siga recortando el estímulo. Se necesita más evidencia de debilidad para que la Fed tome la dirección opuesta.