Mientras China aumenta su presencia en el mar del sur, isla por isla, el Ejército estadounidense está apostando por una nueva tecnología que lo ayude a detener su influencia: drones submarinos.
En los últimos seis meses, el Pentágono ha comenzado a hablar públicamente sobre un programa que alguna vez fue secreto, que busca desarrollar vehículos subacuáticos no tripulados, el término técnico para los drones submarinos.
Ashton Carter, el secretario de Defensa de EEUU, en un discurso reciente sobre estrategia militar en Asia, hizo guiños a su potencial uso en el Mar del Sur de China, que tiene grandes áreas de aguas menos profundas.
La inversión del Pentágono “incluye nuevos drones submarinos de diferentes tamaños y capacidades que pueden operar en aguas no profundas, donde los submarinos tripulados no pueden”, dijo Carter. Al develar estas nuevas tecnologías -alguna de las cuales se espera que estén operacionales para el fin de la década-, el Pentágono está intentando desalentar a potenciales rivales como China y Rusia y entregando indicaciones de una superioridad militar continua. Los drones son parte del gran impulso del ejército de EEUU en la robótica, en un intento de mantenerse a la cabecera.
El viaje de Carter a Filipinas tenía por objetivo expandir la cooperación militar y también monitorear la influencia china. Filipinas, que ahora recibirá jets de lucha estadounidenses, es uno de los países que han negado la propiedad de China de algunas de las islas en el mar del sur.
“Los países de todo el Asia-Pacífico están preocupados por las reclamaciones territoriales de China y por la militarización del Mar del Sur de China”, dijo Carter.
La competencia militar está creciendo en el Pacífico oeste entre EEUU y China. La inversión en misiles de Beijing ha puesto en riesgo a las fuerzas terrestres de EEUU y a algunos vehículos de superficie. Como resultado, Washington invertirá US$ 8 mil millones el próximo año para, según Carter, “asegurar que nuestra fuerza subacuática y anti-submarinos es la más avanzada del mundo”.
Los submarinos pequeños operados de manera remota han sido utilizados por algún tiempo en búsquedas y rescates y la armada usa drones Remus para buscar minas. Las nuevas inversiones son en vehículos más autónomos que eventualmente puedan transportar armas.
Los principales obstáculos son la entrega de suficiente energía para los drones, para que puedan permanecer bajo el agua por lagos períodos y mantener la comunicación.
Los oficiales también debaten cuánta autonomía se les dará, un tema complejo que se volverá más difícil si comienzan a transportar armas.