Angela Merkel intervino en el debate de Japón sobre cómo conmemorar la Segunda Guerra Mundial al decirle a una audiencia en Tokio que Alemania había enfrentado su historia "abierta y honestamente".
Pero la canciller alemana también tuvo un mensaje para los vecinos de Japón, apuntando que habían sido los "gestos generosos" de los adversarios de Alemania los que habían hecho posible la reconciliación de posguerra.
Las declaraciones de Merkel en su primera visita a Japón en siete años se producen cuando Shinzo Abe, el primer ministro nipón, prepara un discurso para conmemorar el 70° aniversario de la derrota en una guerra que sigue incomodando las relaciones con China y Corea del Sur.
Pese a que Merkel insistió en que no estaba ofreciendo consejos, diciendo que el proceso de enfrentar los recuerdos de guerra "debe salir de la sociedad", la claridad de Alemania sobre el pasado contrasta con la incapacidad de Japón de reconciliarse totalmente con sus vecinos.
Merkel se refirió a un discurso crucial que realizó el ex presidente Richard von Weizsäcker en 1985, cuando llamó a los alemanes a reflexionar sobre su responsabilidad personal por los crímenes del Tercer Reich.
"Para parafrasear las palabras del fallecido presidente Richard von Weizsäcker, quien murió hace algunas semanas: el fin de la guerra en Europa, el 8 de mayo de 1945, fue un día de liberación: liberación de la barbarie del nacismo, los horrores desatados por Alemania en la Segunda Guerra Mundial y el colapso de la civilización en la Shoá (Holocausto)".
Pero agregó: "nosotros los alemanes nunca olvidaremos que después de todo el sufrimiento que provocó nuestro país a Europa y el mundo, la mano de la reconciliación estuvo ahí para nosotros. Somos afortunados de que se colocó mucha fe en la entonces joven República Federal (de Alemania occidental)".
China y Corea del Sur han pedido por mucho tiempo que los líderes japoneses muestren un mayor remordimiento por la ocupación de sus países antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
Ellos consideran a Abe un nacionalista recalcitrante.
China en particular todavía alimenta a su opinión pública con una dieta constante de propaganda sobre la brutalidad de los invasores japoneses e incluso los niños pequeños en partes remotas del país pueden a menudo recitar la letanía de las atrocidades de Japón en la guerra.
Una editorial publicada ayer por Xinhua, la agencia gubernamental de noticias china, describió los comentarios de Merkel como una "crítica violenta a los derechistas japoneses" y dijo que había "enseñado una lección valiosa a Japón" al tiempo que "destacó que Japón debería mirar a su propia historia de frente".