La lista de ganadores de este año de los Riba National Awards refleja una profesión diversa en sorprendente buena salud pese a que los años de austeridad podrían haber sido crueles con la arquitectura.
A todas luces, no existe un consenso sobre un estilo británico único. Sin embargo, en medio de esta diversidad sobresalen algunas estructuras extraordinarias. Los arquitectos suizos Herzog & De Meuron hicieron noticia con su masiva expansión del museo Tate de arte moderno de Londres, pero acá destacan con la elegante Escuela de Gobierno Blavatnik en Oxford, una torre de discos que dejan ver su interior como el equivalente de la era espacial de un patio medieval (en la foto).
Aún más espaciosa es la extraña gota azul en la Universidad de Artes de Bournemouth, el primer estudio de dibujo construido explícitamente para este fin en Inglaterra en un siglo. También es el primer trabajo mayor de Peter Cook en su país natal. Cook, antes miembro del colectivo Archigram y uno de los arquitectos más visionarios e influyentes de los ’60 con sus imágenes de ciencia ficción imposibles de construir de ciudades hechas para caminar, ha sido una figura académica provocativa por tanto tiempo que resulta una sorpresa ver su trabajo. Pero su arquitectura es aún más sorprendente. Luminosa, brillante, aglobada y muy azul.
También teatral, pero muy diferente, es la restauración de Tim Ronalds de uno de los espacios más intrigantes de Londres, el Music Hall de Wilton. El teatro victoriano del este de Londres emana historia por sus poros y el meticuloso trabajo de Ronalds logró preservar esa atmósfera.
La variedad de trabajos incluidos en los premios este año es impresionante. Algunos son algo banales, otros un poco corporativos, y unos cuantos, parecen más bien oportunidades desperdiciadas. De hecho, 46 obras premiadas es demasiado generoso.
Sin embargo, el simple soplo de la arquitectura es alentador y el reconocimiento a la restauración agrega una dimensión adicional. Mirando los brillantes rascacielos de Londres parecería que el único actor en la ciudad son los departamentos de lujo. Estos premios deben recordarnos a mirar más de cerca y a nivel de la calle, y más allá de la capital.