La historia económica más relevante de las últimas tres décadas y media ha sido el surgimiento de China. La segunda historia más significativa ha sido el ascenso de India. Una gran pregunta es qué tan rápido esta última puede crecer. La respuesta es que tiene una excelente oportunidad de ser la economía de más rápido crecimiento del mundo. Pero esto requiere mejoras significativas en sus políticas y en su implementación. El gobierno del primer ministro Narendra Modi, elegido en mayo, al menos ha dado un primer paso.
Entre 1980 y 2014 el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita promedio de China creció 17 veces, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En el mismo período, el PIB per cápita de la India se cuadruplicó. Eso supone una diferencia enorme. Pero los logros de la India son significativos. Cientos de millones de indios han experimentado mejoras notorias en su nivel de vida.
Además, el país tiene muchas fortalezas: un sistema político legítimo, una población joven, recursos tecnológicos y empresariales sustanciales y, no menos importante, margen para alcanzar a las economías más ricas del mundo.
Según el FMI, el PIB per cápita de la India en paridad de poder adquisitivo fue 11% del de Estados Unidos en 2014. China superó esa marca una década antes. Este retraso es una oportunidad. El crecimiento no lo es todo. Pero, para un país tan pobre como India, es necesario para aliviar la miseria de las masas y generar oportunidades.
La coyuntura inmediata también es favorable para un cambio hacia un mayor crecimiento. La Encuesta Económica del gobierno de la India de este año fue entusiasta, argumentando que el país ha alcanzado un "punto ideal -raro en la historia de las naciones- en el que, finalmente, podría ser lanzado a una trayectoria de crecimiento de dos dígitos en el mediano plazo".
El entorno internacional es favorable, particularmente los bajos precios del petróleo y la recuperación en Estados Unidos y Europa. Como se señala en la encuesta, la desaceleración del crecimiento ha terminado y la economía parece estar recuperándose. Asimismo, añade, "los desafíos en otras grandes economías han hecho de la India un centro de atracción de inversionistas ansiosos".
Sin embargo, la idea de que India está cerca de crecer 10% es excesivamente optimista. Es cierto que en 2008 la inversión bruta alcanzó 33% del PIB, antes de caer a 28% el año pasado. Sin embargo, incluso 33% podría ser insuficiente para impulsar un crecimiento anual de 10% de forma sostenida. Cuando China creció así de rápido, su tasa de inversión fue de más de 35% del PIB y en muchos años mucho más alta. Además, como el presupuesto de la India reconoce, la escasez de capital físico, particularmente en infraestructura, sigue siendo una limitación vinculante. Sin grandes cambios, 8% es un máximo probable para la tasa de crecimiento.
¿Hasta dónde, entonces, ha mejorado el nuevo gobierno las perspectivas económicas? Una parte de la respuesta es que ha tenido fortuna: el colapso del precio del petróleo ha sido un golpe de pura suerte. Otro es que la elección de Modi ha mejorado la confianza. Como argumenta un informe del FMI, la fuerte desaceleración de la inversión que fue la causa de la caída del crecimiento de India, se debió en parte al aumento de la incertidumbre antes de las elecciones.
Pero una parte final de la respuesta es que el gobierno está haciendo reformas sensatas aunque, como era de esperar en la compleja democracia de India, han quedado muy por debajo de un "big bang" pro-mercado. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el ranking Doing Business elaborado por el Banco Mundial sitúa a India en el puesto 142 de 189 países. Ante esto, las modestas reformas pueden ofrecer mejoras significativas en el rendimiento.
¿Cuál de los cambios anunciados antes del presupuesto y dentro de él podría ser importante? La desregulación del precio del diésel es una buena señal, aunque la oportunidad que brindan los bajos precios del crudo hace que sea muy fácil. Así, también, lo es el cambio hacia las subastas abiertas de licencias para las minas de carbón. Los planes para avanzar hacia transferencias de efectivo a los pobres podría reducir los costos de las prestaciones en especies y subsidios. Por desgracia, el presupuesto no realiza mejores sustanciales en los gastos innecesarios.
Es importante, también, la decisión de avanzar hacia un impuesto de bienes y servicios nacional. Este es un paso vital hacia la creación de un mercado único, algo de lo que India carece aún.
También es significativo el nuevo acuerdo marco de política monetaria con el Banco Reserva de India, que lleva al país hacia una relación moderna entre el gobierno y el banco central. Otra de las grande (y polémicas) reformas haría menos onerosa la adquisición de tierras, facilitando el desarrollo.
Desde el punto de vista económico, el requisito más importante a corto plazo debe ser una enorme mejora en la infraestructura. Esto debe promover el espíritu empresarial del sector privado y la inversión. El gobierno decidió retrasar la consolidación fiscal para financiar la inversión pública. Si la inversión es eficiente, tendrá mucho sentido. Una economía en la que es probable que el PIB nominal crezca al menos 12% al año en el mediano plazo puede tener un déficit fiscal considerable mientras mantenga la deuda pública bajo control. En India, los déficit fiscales importan en la medida en que desplazan la inversión privada, que no es una gran preocupación en la actualidad, o se utilizan para financiar los gastos innecesarios. La consolidación no es una prioridad particularmente alta en este momento.
En su presentación de la Encuesta Económica, la oficina del principal asesor económico, Arvind Subramanian, se refiere a la posibilidad de que "un incrementalismo persistente, creativo y amplio" podría llevar a una fuerte explosión. Si ese incrementalismo llegará es todavía incierto. Pero, siempre que el gobierno persista en las reformas y se mantenga atento a la ventana de oportunidades, la economía debería revivir. Un crecimiento sostenido de entre 7% y 8% anual es ciertamente posible. Más que eso es por lo menos concebible. El cambio dentro de India y en su relación con el mundo también será incremental. Pero una nueva fuerza está en ascenso.