Por Hugh Carnegy, Quentin Peel y Peter Spiegel
París/Berlín/Bruselas
El presidente francés François Hollande exigió la suspensión inmediata del supuesto espionaje de Estados Unidos a sus aliados europeos. Añadió que era inaceptable y señaló que podría amenazar las negociaciones bilaterales para un nuevo Tratado de Libre Comercio (TLC).
Esta ha sido la reacción más fuerte hasta ahora de un líder europeo mientras se intensifican las recriminaciones.
Francia y Alemania convocaron a sus respectivos embajadores de EEUU para explicar las acusaciones. Hollande dijo que ordenó al canciller galo Laurent Fabius hablar del tema con su par estadounidense John Kerry.
Steffen Seibert, portavoz de la canciller alemana Angela Merkel, también dijo que de ser cierto era “inaceptable. Ya no estamos en la Guerra Fría”. Añadió que el tema era máxima prioridad para Merkel, que llamará al presidente Barack Obama para discutirlo. Berlín quiere una “restauración de la confianza” entre ambos países.
Obama dijo desde Tanzania que su gobierno informará a los gobiernos aliados sobre sus actividades, pero sugirió que todos los gobiernos hacen lo mismo.
“Debemos estipular que todo servicio de inteligencia, no sólo los nuestros sino cada servicio de inteligencia europeo, busca información adicional más allá de la disponible en las fuentes abiertas”.
La Comisión Europea ha ordenado una evaluación de sus instalaciones en Bruselas, tras informarse que agencias de inteligencia de EEUU las han espiado.
Hollande dijo que no hay que prejuzgar en el tema, pero añadió que “ya hay suficientes elementos” que justifican pedir una explicación. “Queremos una confirmación o una negativa”, afirmó. “Sabemos muy bien que debe haber sistemas de control, especialmente en la lucha contra el terrorismo, pero no creo que dicho riesgo exista en nuestras embajadas o la UE”.
Añadió que las conversaciones comerciales previstas para la próxima semana en Washington no deben comenzar hasta que el tema se aclare. “No podemos tener negociaciones o transacciones en área alguna sin estas garantías, para Francia, la UE y todos los socios de EEUU”.
La ministra de Comercio, Nicole Bricq, dijo que las acusaciones podrían afectar la relación UE-EEUU, y que si la confianza está rota será “extremadamente difícil realizar las negociaciones comerciales”.
Obama indicó que funcionarios de EEUU informarán a los aliados europeos una vez que sepan a qué programas específicos se refieren los artículos publicados por la revista Der Spiegel y el diario The Guardian, pero insistió en que se seguirá compartiendo inteligencia ampliamente.
“Trabajamos juntos tan estrechamente que casi no hay información que no sea compartida entre nuestros diversos países”, aseguró.