FT Español

Donde el Estado es ineficiente entran las mafias

En su nuevo libro, Roberto Saviano analiza la industria global de la cocaína.

Por: Misha Glenny | Publicado: Viernes 26 de junio de 2015 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

En el verano de 2009, fui invitada a ser parte de una discusión sobre el crimen organizado. A mi lado estaba Roberto Saviano, el joven escritor italiano cuyo libro, Gomorra, que detalla la miseria de la vida con la Camorra, la versión napolitana de la mafia siciliana, era en ese momento un éxito de ventas en todo el mundo.

En su escritura y en sus apariciones públicas, Saviano da una voz auténtica y fuerte al disgusto de millones de italianos frente a la excepcional influencia que el crimen organizado ha ejercido sobre la vida económica y política de su país.

Él es un digno heredero de los heroicos jueces Giovanni Falcone y Paolo Boserlino, asesinados en los ’90. Los dos habían recorrido un largo camino para romper el poder de la mafia en Sicilia y para exponer la colusión de políticos de alto nivel en asesinato, extorsión, y tráfico de drogas y personas.

Pero Saviano ha pagado un alto precio desde que salió del anonimato hace casi una década. Su vida no es y nunca más será suya. Es seguido adonde sea que vaya por entre cinco y siete miembros armados de los carabinieri, el escuadrón policial de elite que ha sido responsable de su seguridad desde 2006. De hecho, él dedica su último libro a sus guardaespaldas. Para comenzar, él tenía que dormir en un departamento distinto todas las noches; su familia ha sido inscrita en programas de protección de testigos o forzada a renunciar a él; e incluso en el exterior necesita protección armada a toda hora. Hasta hoy, no puede formar relaciones normales ya que cualquiera cerca de él es transformado automáticamente en un blanco para la Camorra. A diferencia de la “fatwa” lanzada contra Salman Rushdie, cuya tregua fue negociada por los gobiernos de Reino Unido y de Irán, la condena a muerte de la Camorra es de por vida.

A pesar de esto, él nunca ha parado de escribir y su último libro, ZeroZeroZero, un estudio amplio de la industria global de la cocaína, incluye material extraordinario.

Desde México y Colombia hasta Rusia, Saviano analiza minuciosamente los grupos que han construido imperios de sangre sobre la cocaína.

En una pequeña sección sobre la economía de la coca, Saviano señala por qué este mercado ilegal genera tanta violencia. “Si hubiese invertido 1.000 euros en acciones de Apple a comienzos de 2012, tendría 1.670 euros en un año. Nada mal. Pero si hubiese invertido 1.000 euros en la cocaína… después de un año tendría 182 mil euros”.

Como su reputación ha crecido, el acceso de Saviano a la policía, políticos y abogados involucrados en combatir el crimen organizado claramente ha mejorado dramáticamente. Pero su fama en el círculo criminal significa que no puede sumergirse tanto en la investigación del bajo mundo como lo hacía en el pasado.

Saviano aún hace un esfuerzo admirable para hablar con la gente que actual o previamente estuvo involucrada en la actividad criminal. Uno de los retratos más interesantes en este libro es el de un ex miembro de los Kaibiles, una vil unidad de contrainsurgencia militar en los ’80 en Guatemala para eliminar a cualquiera que el gobierno considerara subversivo. Los Kaibiles luego rotaron su capacidad de violencia hacia el establecimiento de un negocio de extorsión a cambio de protección y operaciones para manejar drogas.

Saviano no escribe con el ímpetu analítico que caracteriza a compatriotas como Diego Gambetta y Federico Varese, ambos académicos de Oxford. Nuestra comprensión de la economía, política y sociología del crimen organizado ha dado un gran salto en los últimos 20 años. El poder de los grupos criminales y su capacdad de asumir un rol decisivo en la sociedad depende de las circunstancias y las políticas. Donde el Estado es ineficiente en regular los mercados, entran las mafias. Eso incluye mercados lícitos, desde restaurante (El Padrino), hasta la gestión de residuos (Los Soprano), e ilícitos, como la cocaína. De hecho, el académico ruso Vadim Volkov, describe a las pandillas como compañías de guardias privados.

Pero lo que Saviano no tiene en rigor académico, lo compensa con una pasión sin igual en describir el daño que el crimen organizado inflige a la sociedad. En su último libro desarrolla un estilo que intercambia descripciones vívidas de la depravación humana con una consideración filosófica del significado de la violencia en el mundo moderno. Y cuando recuerda su trabajo en Nápoles –donde fue criado y de donde ahora está excluido– sus reflexiones se elevan al campo de lo poético.

Lo más leído