Por Robin Harding
Washington
Después del informe de empleo de Estados Unidos en junio, parece probable una disminución de la tercera ronda de alivio cuantitativo de la Reserva Federal. Pero hay suficientes complicaciones para que la reacción del mercado –los rendimientos de los bonos del Tesoro a diez años subieron 18 puntos base a 2,68%– parezca exagerada.
1. El informe de empleo encaja en el escenario optimista de la Fed. El escenario del presidente de la Fed, Ben Bernanke, para una reducción este año está basada en una perspectiva más optimista que la mayoría de los economistas, con “alzas continuadas en los mercados laborales, apoyadas por un crecimiento modesto que repuntará en los próximos trimestres”. El informe del viernes encaja en ese escenario. Más que nada, el informe sugiere que el impulso del empleo en los meses recientes ha sido mayor a lo previamente estimado. En su testimonio de mayo, Bernanke afirmó que “las alzas en las nóminas laborales no agrícolas han promediado más de 200 mil empleos al mes en los últimos seis meses, en comparación con alzas promedio de menos de 140 mil durante los seis meses anteriores”. Después del informe del viernes, el promedio de seis meses es nuevamente 200 mil.
2. Hay una brecha entre empleos y PIB. La segunda parte de la condición de Bernanke estaba “apoyada por un crecimiento moderado”, pero una serie de otros datos, como exportaciones y consumo, apuntan a un segundo trimestre débil. Macroeconomic Advisers estima un crecimiento a tasa anualizada de sólo 1,3% para el segundo trimestre, seguido de un 2,6% en el tercer trimestre. Las nóminas tienden a estar rezagadas respecto del resto de la economía, por lo que no sería una sorpresa si se desaceleraran en los próximos meses. Las cifras de julio y agosto se publican antes de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de septiembre. Pero los datos podrían debilitarse lo suficiente para dar una señal.
3. Una mayor participación podría retrasar los planes. El tamaño de la fuerza laboral ha subido en 807 mil en los últimos tres meses y eso ha sido suficiente para mantener la tasa de desempleo en 7,6%. Los pronósticos de disminución que Bernanke delineó en su última conferencia de prensa ubican el desempleo en 7,25% para fines de año, y 7% para mediados de 2014. Es poco probable que esto cambie la fecha de inicio de la disminución del alivio.
4. El mercado no reacciona como predice el modelo de la Fed. La Fed cree que el tamaño total de su balance en el tiempo es lo que afecta a la economía. No hay nada en el informe de empleo que cambie esas expectativas sobre el tamaño: es posible que adelante ligeramente el patrón de reducción, pero nada que justifique un alza de 20 puntos base en los bonos del Tesoro a diez años. El mercado se está mostrando sensible a las percepciones sobre el flujo de compras de la Fed. La Fed trata de desestimar este enfoque y comunicar que la disminución significa un menor ritmo de alivio monetario en lugar de un endurecimiento de la política. Sin embargo, el alza en los rendimientos se retroalimentará como menores pronósticos de crecimiento de la Fed, lo que a su vez afectará su cálculo sobre la reducción del estímulo.
5. La economía central parece más saludable. El empleo crece pese a una caída de la contratación del gobierno y de la manufacturas. Esta es la señal más alentadora. Esta resiliencia podría impulsar la confianza de la Fed en sus pronósticos para 2014, cuando la política fiscal debería dar mayor soporte. Eso guiará a las autoridades hacia una disminución del estímulo excepcional que siempre se pretendió que fuera la tercera ronda de alivio.