Por Jamil Anderlini
Beijing
El gobierno de China está planeando trasladar parte de su amplia burocracia a Baoding, ubicada a 150 kilómetros de Beijing, causando que las acciones de las compañías vinculadas a la aproblemada ciudad se dispararan.
Una hora tras el anuncio del plan de mover oficinas estatales e institutos gubernamentales a Baoding, una docena de títulos listados en Shangai y Shenzhen treparon y alcanzaron el límite de transacción diaria de 10%, gracias a su conexión con la ciudad.
Boading es mejor conocida en China como el hogar de la hamburguesa de burro. Pero su economía ha sufrido por sus lazos con el aproblemado sector solar y una campaña anticorrupción que ha reducido los beneficios de hospedar al 38º Grupo Mecanizado del Ejército Popular de Liberación, que es responsable de defender la capital.
La movida muestra cómo Beijing está tratando de manejar una migración hacia sus ciudades. China anunció esta semana que planea mover a 100 millones de personas desde el campo a la ciudad en los próximos siete años, un plan que involucra el control estricto del crecimiento de las urbes de más de 5 millones de habitantes y al mismo tiempo alienta el desarrollo de ciudades más pequeñas y condados.
Desde la perspectiva del gobierno, el traspaso de burócratas a Baoding abordaría dos problemas de una vez. No sólo ayudaría a la economía de Baoding, sino que también reduciría la presión sobre la capital, que ha visto a su población crecer en un promedio de 430 mil personas anual en los últimos doce años.
Beijing ya aloja a 21 millones de residentes y su falta de agua, sus niveles extremos de contaminación del aire y su tráfico paralizado provocaron que un centro de estudios del gobierno la describiera como “no apta para el hábitat humano”.
“La presión sobre los recursos y el medio ambiente de estas grandes ciudades es muy grande, y debe ser frenada”, comentó Huang Ming, viceministro de Seguridad Pública, el miércoles. Él añadió que se alentaría a las ciudades llenas de gente a mover las industrias con alto costo laboral a otros lugares.
La designación de la modesta Baoding para recibir el exceso desde Beijing también podría ser una compensación por las demandas de Beijing de que la provincia cercana a Hebei disminuya las industrias pesadas contaminantes que son su principal fuente de empleo e impuestos.
Pero la rápida reacción en los mercados bursátiles el miércoles también ilustró cómo la mano guía del gobierno está muy viva en China y cuán ansiosos están los inversionistas de aprovechar la oportunidad.
La sugerencia de que miles de funcionarios influyentes de Beijing con el poder de aprobar licencias y entregar favores a empresas fue suficiente para inflar los papeles de catorce firmas como Luckyfilm, Swan Fiber y Juli Sling, que tienen operaciones en Baoding.
Incluso antes de que la noticia fuese anunciada, las acciones listadas en China de estas y otras compañías radicadas en Baoding habían saltado hasta 35% en la última semana. En contraste, los títulos de la listada en Nueva York Yingli Green Energy, una empresa solar también radicada en Baoding, han caído 20%.
Los funcionarios han hecho recientemente declaraciones vagas acerca de la ambición de la ciudad de sacar industrias de la repleta Beijing. Pero otra posibilidad es que la gente consciente del último plan ha estado transando sobre su conocimiento.
China está plagada del uso de información privilegiada, donde el control del gobierno de grandes partes de la economía permite que los funcionarios y sus amigos y familiares exploten los anuncios públicos de políticas que mueven a los mercados.
“A menudo me sorprende cuán evidente es el uso de información privilegiada y cómo pocos casos son castigados en China”, afirmó Fraser Howie, coautor de Capitalismo Rojo y director senior de Newedge Singapore. “La mayoría de los inversionistas simplemente asume que es la forma de operar del mercado y siente que la gente con conocimiento privilegiado tiene el derecho a transar con él”.