Por Claire Jones
Londres
Mientras se reúnen en la Eurotorre para el voto de política monetaria del Banco Central Europeo de hoy, sin duda los 23 miembros del consejo gobernador estarán aliviados de que, por primera vez, la culpa por la última agitación bursátil no se les pueda cargar a ellos.
Recientemente, la señalización con el dedo ha girado hacia el otro lado del Atlántico, luego de que los indicios de Ben Bernanke sobre que la Reserva Federal de EEUU pronto podría comenzar a reducir el ritmo de su programa de compras provocara turbulencias en los mercados financieros globales.
Sin embargo, las acciones de sus colegas estadounidenses han dejado a los legisladores del BCE con un problema: los gobiernos y las empresas en la zona euro no han estado inmunes frente al alza en los costos de endeudamiento causado por el aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro que siguió el cambio de la Fed hacia la salida.
A medida que las autoridades se reúnen en Frankfurt, el ajuste de facto de las condiciones monetarias en el bloque monetario será, junto con la agitación política en Portugal, una de las prioridades dentro de su lista de preocupaciones.
Una inquietud específica de los legisladores del bloque son los nuevos signos de fragmentación financiera. El alza en los costos de endeudamiento ha sido más brusca en la periferia que en el centro. Los costos de endeudamiento del gobierno alemán han subido menos de 50 puntos base desde inicios de mayo. Los rendimientos equivalentes en los bonos italianos y españoles a diez años se han elevado 75 puntos base y 70 puntos base, aunque los spread con los bonos alemanes se mantienen más estrechos que en el punto más tenso de la crisis de deuda el verano boreal pasado. Los costos de endeudamiento en Portugal se han disparado por sobre 7% por primera vez este año.
Sin embargo, los inversionistas que esperan recortes en las tasas para contener el aumento en los costos de endeudamiento parecen listos para ser decepcionados. Desde mediados de mayo, los datos económicos del bloque han sido principalmente favorables. El PMI de manufactura, una medición del impulso, subió a su nivel más alto en casi un año y medio en junio, alimentando las esperanzas respecto de que la economía de la zona podría haber dado vuelta la esquina.
La probabilidad de una tasa menor a 0,5% ha disminuido.