El Fondo Monetario Internacional (FMI)
aconsejó hoy a los gobiernos que a la hora de retirar su
intervención en los mercados comiencen con la supresión de las
garantías a la emisión de deuda bancaria.
Esas garantías han fomentado la estabilidad financiera al
mantener la liquidez en los mercados y revertir una caída en picado
de las emisiones de deuda, que tocó su punto mínimo en octubre de
2008, tras el hundimiento del banco de inversión Lehman Brothers,
según el Fondo.
Sin embargo, acarrean un costo potencial muy alto para el erario
público. En la zona euro, las garantías equivalen a casi el 16% del Producto Interno Bruto (PIB), en Reino Unido al 11% y en Estados Unidos a algo más del 2%.
Además, distorsionan tremendamente el mercado, pues dado que el
gobierno asume el riesgo, la entidad emisora puede prestar menos
atención al peligro de sus operaciones, de acuerdo con la
institución.
Laura Kodres, una de las directivas del departamento de asuntos
monetarios y mercados de capitales del FMI, clarificó en una rueda
de prensa que la institución "no promueve la retirada de las
garantías en este momento", pues teme que se sequen las fuentes de
financiamiento para los bancos.
Pero aunque ese día aún no ha llegado, el Fondo quiere que los
países se pongan ya a elaborar sus planes para terminar las
intervenciones públicas más profundas desde la Gran Depresión, según
las denominó el propio organismo.
Presentará sus conclusiones a los jefes de Estado y de Gobierno
del G-20, que se reunirán entre el jueves y el viernes de esta
semana en Pittsburgh (EE.UU.).
Su principal recomendación, contenida en el Informe de
Estabilidad Financiera Mundial, divulgado hoy parcialmente, es que
los gobiernos sean lo más transparentes posible para no asustar a
los mercados.
"La comunicación clara sobre el desmantelamiento (de las medidas)
-no limitada a cuándo comenzará, sino referida también a cómo está
pensado el proceso en su totalidad- es importante para conservar la
estabilidad del mercado y manejar las expectativas", agrega el
informe.
El FMI evaluó positivamente en general las medidas adoptadas por
los gobiernos, pues gracias a ellas los precios de algunos de los
instrumentos financieros problemáticos han comenzado a estabilizarse
y la emisión de deuda está repuntando.
En junio, las emisiones de deuda bancaria superaron los US$ 700.000
millones, de los cuales más de US$ 200.000 millones estaban
garantizados por gobiernos.
Kodres no quiso pronosticar cuándo podrá eliminarse totalmente
ese respaldo, lo cual dependerá a su juicio de una mejora de las
condiciones financieras con la caída de las primas de riesgo y el
aumento de las transacciones interbancarias.
En todo caso, recomendó que los gobiernos coordinen la eventual
retirada de las garantías, para evitar que el dinero migre desde los
países que las supriman primero a los que las mantengan.