La ensambladora de camiones y
autobuses Volvo de Brasil ha despedido a 430 empleados de su fábrica
de la ciudad de Curitiba, estado de Paraná, en respuesta al
enfriamiento del mercado interno y externo, informaron hoy
portavoces sindicales.
La marca sueca, que pertenece al golpeado gigante estadounidense
Ford Co, sufre los impactos del enfriamiento del mercado global de
vehículos.
Según el Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Curitiba, los
despedidos son 180 trabajadores de la nómina fija de la empresa y
250 contratados o temporales.
En Brasil la empresa ha reducido turnos de trabajo y líneas de
producción de camiones y autobuses y motores y piezas. Mientras en
el exterior Ford anunció que busca vender la marca.
La semana pasada Volvo anunció el despido de 102 trabajadores de
una planta en la ciudad de Pedernales, estado de Sao Paulo, dedicada
a fabricar máquinas y equipos pesados de construcción.
También ha ampliado los plazos de las vacaciones colectivas de
fin de año en varias líneas de producción de camiones y autobuses,
como otras grandes ensambladoras, pero es la primera vez que se
anuncian despidos en el sector.
Volvo atribuye los despidos a la drástica reducción de las
exportaciones de sus productos a Europa y Estados Unidos, según
medios locales.
Portavoces del sindicato destacaron que pese a los recientes
despidos, Volvo terminará 2008 con una plantilla de 2.410 empleados,
ligeramente superior a la registrada al cierre de 2007.
Pero los sindicatos temen nuevas medidas para los próximos meses,
después que otras ensambladoras, como Renault, Volkswagen, Fiat y
General Motors también han dado vacaciones no previstas a centenares
de trabajadores en su plantas de Paraná, Minas Gerais y Sao Paulo.