La Casa Blanca afirmó hoy que las
fuerzas rusas han comenzado a retirarse de Georgia, pero indicó que
el repliegue no es significativo y tiene que acelerarse.
En un discurso desde Orlando (Florida), el presidente George W.
Bush reiteró su condena a las acciones militares de Rusia de los
últimos días, e insistió en que las provincias separatistas de
Osetia del Sur y Abjasia pertenecen a Georgia.
"Estados Unidos seguirá apoyando la democracia georgiana. Nuestro
Ejército continuará suministrando ayuda humanitaria a los ciudadanos
georgianos", prometió Bush en la Convención Nacional de Veteranos.
En la misma línea aseguró que "Osetia del Sur y Abjasia forman
parte de Georgia y EE.UU. va a trabajar con sus aliados para
garantizar la independencia e integridad territorial de Georgia".
El presidente afirmó que "uno de los capítulos más inspiradores
de la historia" lo escribieron los georgianos durante la Revolución
de las Rosas, en 2003, que derrocó a Eduard Shevardnadze y aupó al
poder al actual presidente, Mijaíl Saakashvili.
"En los años siguientes, los georgianos han celebrado elecciones
libres y han establecido un Gobierno democrático", que incluso ha
enviado tropas a Afganistán e Irak para ayudar a difundir "la
bendición de la libertad", señaló Bush.
Por todo ello, dijo, "Georgia representó la libertad en el mundo.
Ahora el mundo tiene que defender la libertad en Georgia", concluyó.
Previamente, en el avión presidencial camino de Orlando, el
portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Gordon Johndroe, afirmó
que EE.UU. ha visto "señales iniciales de alguna retirada" de las
tropas rusas de Georgia.
Aseguró que el repliegue "no es significativo y tiene que
acelerarse" y "cuanto antes mejor".
"Tanto el número (de tropas) como el ritmo de la retirada debe
ser incrementado y cuanto antes", afirmó Johndroe en sus
declaraciones a la prensa.
Las autoridades de Georgia denunciaron hoy que Rusia, pese a sus
declaraciones de que retira sus tropas, está ampliando en la
práctica las zonas de ocupación.
Según Johndroe, Moscú ya está sintiendo las repercusiones de su
incursión militar en Georgia, en referencia al acuerdo que permitirá
a EE.UU. desplegar su escudo antimisiles en Polonia, un proyecto que
Rusia califica de "amenaza directa".
"Países del centro y el este de Europa no quieren volver a los
tiempos que regían antes", afirmó. "Valoran su libertad y no tienen
ningún interés en que su vecino los invada", concluyó.