Brasil propondrá en la próxima
reunión del Fondo Monetario Internacional (FMI) la adopción de
nuevas reglas para controlar el sistema financiero internacional y
evitar otra crisis como la actual, afirmó hoy el ministro de
Hacienda, Guido Mantega.
"Esta crisis indica la necesidad de construir una nueva
arquitectura financiera internacional. Tenemos que introducir nuevas
reglas, más control y más supervisión para limitar el excesivo
endeudamiento de las instituciones financieras", explicó Mantega, en
una rueda de prensa con medios internacionales en Río de Janeiro.
El ministro aseguró que propondrá al FMI, en la reunión que
celebrará en octubre, la adopción de medidas de control siguiendo el
modelo brasileño, que limita el nivel de apalancamiento financiero
de los bancos de inversión.
El apalancamiento supone realizar inversiones financiadas con
deuda sin el respaldo del capital de la empresa, con la consiguiente
multiplicación de la rentabilidad de los activos, pero también de
los riesgos.
Este método era utilizado por los bancos de inversión
estadounidenses para adquirir las hipotecas de alto riesgo que
desencadenaron la crisis de crédito actual.
"Es irresponsable que un banco de inversión tenga niveles de
apalancamiento de treinta ó cuarenta veces su capital. En Brasil
tenemos reglas, por eso el sistema es sólido", resumió.
El ministro abogó por tomar estas medidas de control para
"recuperar la confianza" del sistema financiero internacional.
Mantega aplaudió además el "paquete de rescate" de 700.000
millones de dólares propuesto por el Gobierno estadounidense, lo que
para él fue una medida "correcta" y "pragmática".
"Los Gobiernos republicanos siempre profesaban la libertad de
mercado. De repente han tomado una medida casi estatizante, similar
a lo que hacía la Unión Soviética en el pasado. Con políticas
liberales, tendrían que dejar que todos los bancos quebrasen. No iba
a quedar nada", analizó.
No obstante, para el ministro brasileño, este paquete de medidas
no será una salida para la crisis del sistema financiero, sino solo
para "sacarla de su fase aguda".
Para Mantega, la crisis se prolongará mientras el sistema
"absorbe los activos podridos", lo que, según sus cálculos, puede
durar hasta finales de 2009.
En el escenario local, el ministro insistió en que la economía
brasileña está sólida y que, gracias al "robusto" consumo interno y
a las reservas internacionales la situación se controlará, por lo
que solo se sufrirá una leve desaceleración del Producto Interior
Bruto (PIB), que crecerá el 4,5 por ciento en 2009.