Uno de cada cinco residentes en España vive por debajo de umbral de la pobreza
Por nacionalidad, los más afectados son los extranjeros de fuera de la Unión Europea (55,4 %), seguidos de los de la UE (35,7 %), mientras que la pobreza afecta al 18,4 % de los españoles.
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Uno de cada cinco residentes en España, el 22,2 %, vive por debajo del umbral de la pobreza, con menos de 7.961 euros (US$ 8.676), según los datos de una encuesta elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE)
La situación empeora en los menores de 16 años, ya que la pobreza afecta a casi uno de cada tres (30,1 %) y sigue en aumento, según la encuesta, elaborada en la primavera de 2014 con los ingresos medios percibidos por los hogares en 2013.
Por nacionalidad, los más afectados son los extranjeros de fuera de la Unión Europea (55,4 %), seguidos de los de la UE (35,7 %), mientras que la pobreza afecta al 18,4 % de los españoles.
En España, con una tasa de desempleo del 23,7 %, han empeorado las condiciones de vida de sus ciudadanos por la crisis económica que azota el país desde el año 2008.
La actual situación del país hace que el 10,2 % de los hogares no pueda llevar al día el pago de la hipoteca, el alquiler, el gas, la electricidad o la comunidad de vecinos.
Por el contrario, y gracias a la estabilidad de sus pensiones, la tasa de pobreza de los mayores de 65 años se redujo hasta el 11,4 %.
La falta de educación influye en el nivel de pobreza, ya que según la fuente, el 29,1 % de quienes tienen un nivel educativo equivalente a la primera etapa de la educación secundaria se encuentra en situación de pobreza, un porcentaje que se reduce hasta el 10,2 % para quienes cursaron educación superior.
El porcentaje de la población española que vive en riesgo de pobreza se eleva hasta el 29,2 % (con un aumento de 1,9 puntos en un año) si se utiliza el indicador Arope (siglas de At Risk Of Poverty or social Exclusión) que es el que figura en la estrategia Europa 2020 de la Unión Europea.
Este indicador, además del riesgo de pobreza, tiene en cuenta la baja intensidad de empleo en los hogares y la carencia material severa, como no poder comer carne, pollo o pescado cada dos días, no poder tener coche, calefacción, o lavadora, o no disponer de 650 euros para gastos imprevistos, entre otros factores