Protestas mineras se radicalizan en Perú y ponen presión sobre el presidente Ollanta Humala
El saldo es de cinco muertos y decenas de heridos. El gobierno envió militares a la zona, pero la oposición pide una intervención del mandatario.
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Un duro momento atraviesa el presidente Ollanta Humala en Perú. Ayer se cumplieron 53 días de las violentas protestas en contra del proyecto minero Tía María en Arequipa, en el sur del país, y el saldo ya es de cinco muertos y decenas de heridos. La oposición habla de crisis, pero los ministros han salido a tratar de calmar los ánimos.
Los pobladores de la provincia de Islay han salido a las calles para expresar su preocupación por la posibilidad de que el proyecto, de la empresa Southern Copper, contamine el río Tambo, crucial para la agricultura, y cause daño medioambiental.
El sábado el gobierno autorizó el despliegue de 2 mil militares en la zona para apoyar a la policía, pero el nivel de violencia ha escalado en los últimos días, provocando la muerte de dos personas el martes. Según medios locales, los manifestantes han usado como escudo humano a mujeres, ancianos y niños. La cadena RPP Noticias reportó incluso que les lanzaron cartuchos de dinamita en contra de la fuerza pública.
Además de las protestas, en los últimos días los habitantes de otras localidades han bloqueado la carretera que une a Arequipa con Lima y la que conecta a Arequipa con Puno en solidaridad con los manifestantes.
Con distintos matices, los principales referentes de la oposición han pedido una intervención del presidente.
La aspirante presidencial Keiko Fujimori exigió que Humala viaje a Arequipa para enfrentar la situación y pidió el retiro de los militares. Además, propuso la suspensión del proyecto minero.
Por su parte, Pedro Pablo
Kuczynski coincidió en que se debe hacer un alto por 60 días en busca de soluciones.
Los representantes del sector minero tampoco apoyan el actuar de Humala. "Acá hay una crisis (...) el presidente tiene obligación de ejercer liderazgo en estos casos, este no es un conflicto con terceros, es una diferencia interna y es el presidente el convocado a coordinar a las fuerzas políticas", criticó Carlos Gálvez, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Energía y Petróleo. Gálvez aseguró además que el proyecto podría suspenderse por cuatro meses.
Sin embargo, el mandatario descartó viajar a la zona de conflicto. "No creo que sea conveniente en estos momentos. Estamos tratando de que se normalicen las actividades", expresó, en declaraciones recogidas por el diario Gestión.
Denuncia de extorsión
Mientras sigue escalando la violencia, el Ministerio de Justicia anunció que investigará a Southern Copper luego de que se divulgara una conversación telefónica en la cual el principal líder de las protestas, Pepe Julio Gutiérrez, le pide dinero a un ex abogado de la minera para terminar con las movilizaciones.
Por lo pronto, la cartera ya inició acciones legales contra Gutiérrez, quien adelantó que presentará una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El presidente del directorio de Southern viajaría a Perú en los próximos días para aclarar este incidente, anunció ayer la ministra de Energía y Minas, Rosa María Ortiz, recogió Gestión. Pero la empresa ya negó su participación. En un aviso a página completa en el diario El Comercio dijo que personas ajenas a la empresa son las responsables del "acto incorrecto".
Ortiz descartó que se suspenda el proyecto. "No existe una causal para la suspensión, eso lo tendrá que decidir la empresa en caso que sea pertinente", declaró. Para la funcionaria, el camino para recuperar el diálogo es que la población designe nuevos dirigentes que estén dispuestos a participar de mesas de trabajo con la empresa y el Estado.
El ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, fue más allá y dijo que no se puede hablar de suspensión porque el proyecto no se ha iniciado todavía.
Crisis social
Ésta no es la primera crisis social que enfrenta Humala. Su gobierno se inició en 2011 con protestas en contra del proyecto minero Conga en la región de Cajamarca. Ese mismo año se produjeron las primeras manifestaciones en contra de Tía María.
Las protestas llegan además en momentos en que la popularidad del presidente se mantiene estancada en 28% desde principios de año, como mostró esta semana la encuesta Pulso Perú, de la empresa Datum. Su desaprobación, en tanto, se mantiene en 67% desde enero.
La economía tampoco pasa por un buen momento. Entre 2004 y 2013 el Producto Interno Bruto creció a tasas superiores a 5% (con excepción de 2009, en plena crisis financiera global), según datos del Fondo Monetario Internacional. Pero en 2014 la expansión se desaceleró a 2,4% y este año el repunte no será marcado. Una encuesta divulgada esta semana por el banco central mostró que los economistas locales bajaron sus pronósticos de crecimiento a 3,1%, frente a un 3,6% previo.
El manejo del gobierno en esta crisis será clave, si Humala no quiere que la violencia se expanda. Un nuevo foco de conflicto podría surgir en los próximos días en Cuzco, en torno a la mina de cobre Antapaccay, que pertenece a Glencore. El ministro de Agricultura, Juan Manuel Benites, viajó a la ciudad para intentar mediar con los pobladores y evitar que se realicen las protestas que están anunciadas para el 21 y 25 de mayo, publicó Gestión.