Cientos de miles de brasileños salieron ayer a las calles para reclamar contra el gobierno de Dilma Rousseff y pedir la salida de la presidenta debido a los escándalos de corrupción y al aumento de la inflación.
Las mayores manifestaciones se concentraron en Sao Paulo, donde, pese a la lluvia, se congregaron alrededor de un millón de personas, según reportes de la policía citados por Bloomberg.
Las protestas se extendieron a ciudades de 16 estados además de la capital federal, informó O Globo. La cadena de televisión estimó que 100 mil manifestantes salieron a las calles en Porto Alegre, 45 mil en Brasilia y 20 mil en Belo Horizonte.
Escándalo en Petrobras
Las alzas de los impuestos y los precios de productos regulados como la gasolina aplicadas por la mandataria para tratar de recomponer las deterioradas cuentas fiscales están alimentando el descontento de los brasileños, en momentos en que un escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, el mayor que se ha registrado en la historia del país, complica a los funcionarios oficiales.
El nivel de aprobación del gobierno de Rousseff se ha desplomado desde que ganó la reelección en una estrecha contienda electoral en octubre. Las protestas de ayer podrían haber sido incluso mayores que las masivas movilizaciones de junio de 2013, en las cuales más de un millón de personas salieron a reclamar por la mala calidad de los servicios públicos y la corrupción .
Las marchas fueron organizadas por activistas a través de redes sociales como Twitter y Facebook y mensajes de WhatsApp. Los manifestantes llevaban camisetas amarillas y ondeaban banderas cantando el himno nacional. Los actos coincidieron con el aniversario número 30 del regreso de la democracia al país, tras 21 años de dictadura.
La Corte Suprema de Brasil autorizó a comienzos de marzo una investigación a altos políticos presuntamente involucrados en el escándalo de corrupción en la empresa estatal, incluyendo a los presidentes del Senado y de la Cámara Baja, al ex ministro de Energía y al ex jefe de gabinete de Rousseff, quienes han negado su participación en los hechos.
Aprobación en picada
En Brasilia, cientos de personas arrojaron rosas blancas a un estanque frente al Congreso, mientras que algunos se lanzaron al agua para cruzar a la otra orilla y entregar las flores a los guardias armados que custodiaban el recinto.
Las manifestaciones de ayer se sumaron a las protestas de los sindicatos el viernes, que reclamaban contra los recortes en los beneficios de pensiones y seguros de desempleo.
La aprobación de Rousseff ha caído 19 puntos a 23% según la última encuesta de Datafolha, con más de tres cuartos de los consultados opinando que ella estaba al tanto de la corrupción en Petrobras. Más de la mitad de los 4 mil entrevistados opinó que la mandataria permitió los hechos.