A medida que la crisis política y humanitaria se profundiza en Venezuela, los países vecinos enfrentan una llegada cada vez más masiva de inmigrantes, que ya provocó una situación de emergencia en algunas regiones de Brasil y Colombia. En tanto, naciones más lejanas –como Argentina y Perú- buscan maneras de facilitar la vida de refugiados, simplificando los trámites.
A pesar de que el cálculo de un número exacto de venezolanos que han huido de su país es difícil, Tomás Páez, experto en inmigración de la Universidad Central de Venezuela, estimó en conversación con The Wall Street Journal la semana pasada que son 1,2 millón de personas que abandonaron el país en los últimos dos años, casi la mitad de los 3 millones que migraron durante las últimas dos décadas.
“Más de 100 mil venezolanos han solicitado asilo en el extranjero”, dijo la semana pasada José Samaniego, representante de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). A esa cifra se suman más de 130 mil personas que solicitaron otros tipos de residencia. Según el cálculo de la organización, los países más populares entre los venezolanos el año pasado fueron Colombia, Argentina, Chile, Ecuador, Perú, Estados Unidos y Brasil.
Agonía fronteriza
Colombia, con sólo dos pasos fronterizos legales, ha recibido cerca de 550 mil venezolanos, y más de la mitad de ellos en el segundo semestre del año pasado. Eso, sin contar los cruces clandestinos por la frontera terrestre que se prolonga por 2.200 kilómetros.
La semana pasada, el presidente colombiano Juan Manuel Santos pidió ayuda internacional para enfrentar la crisis migratoria: el país necesita al menos US$ 30 millones para la construcción de un centro de atención temporal, sin hablar de una solución integral del problema.
La situación ha llegado a tal punto que el país fortaleció la seguridad fronteriza –con 3 mil funcionarios más- y eliminó la tarjeta de movilidad fronteriza, que facilitaba a al menos 1,5 millón de venezolanos el ingreso a Colombia para comprar, buscar atención médica o trabajar unos días en empleos no calificados.
Pero no todos se quedan. La mayoría se traslada desde Colombia hacia Perú, Chile, EEUU, Panamá y México, en orden de preferencia, según Migración Colombia.
En Brasil, en tanto, el presidente Michel Temer anunció la semana pasada que su gobierno elaborará un plan para distribuir los migrantes venezolanos desde el estado fronterizo de Roraima hacia el resto del país. Según cálculos oficiales, 40 mil venezolanos viven en Boa Vista, capital de Roraima, lo que equivale a un 10% de la población de la ciudad.
El gobierno dijo además que declarará estado de emergencia en la región para “agilizar la liberación de recursos para obras de infraestructura y de acciones humanitarias” y duplicará la presencia de oficiales de las Fuerzas Armadas en la frontera. Más de 12 mil personas solicitaron refugio en Brasil entre enero y septiembre del año pasado, cinco veces más que en los dos años anteriores.
A principios de mes, EEUU ofreció a Colombia y Brasil ayuda “técnica y humanitaria” con los refugiados. Canadá, en tanto, ya está financiando refugios para venezolanos en Boa Vista, capital de Roraima: este mes, inauguró una escuela y una clínica para los migrantes.
Menos trámites
Los países más lejanos, en tanto, están facilitando la vida de los venezolanos que llegan a buscar una vida mejor. Hace unos días, Argentina –que vio la migración venezolana aumentar 1.600% en los últimos cinco años- anunció que simplificará la legalización de los títulos profesionales: ahora no tienen que tener el estampado del gobierno para ser reconocidos. El viernes, dijo que acelerará el trámite de residencia: los venezolanos que por razones ajenas a su voluntad, “no puedan dar cumplimiento de presentación de recaudos documentales exigibles” pueden seguir con el proceso de todas maneras. Entre estos documentos se cuenta el certificado de antecedentes penales.
El gobierno de Mauricio Macri concedió el año pasado 142% más permisos de residencia que en 2016, 31 mil versus 12.800, según informó la Dirección de Migraciones de este país. En 2012, la cifra fue de apenas 1.900.
El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, por su parte, anunció en julio la creación de un permiso temporal de permanencia para los venezolanos que ya se encontraban legalmente en el país. Unas 25 mil personas lo han obtenido desde entonces, mientras que otros 80 mil se encuentran en el país en calidad de turistas, informó recientemente la Superintendencia Nacional de Migraciones.
En septiembre, el entonces presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Julio Borges, agradeció al gobierno peruano por su decisión de reconocer los títulos profesionales del país sin que estos estuvieran apostillados.
Efecto masivo
Otros países también están tratando de adaptarse a la llegada de venezolanos. Según Acnur, cerca de 236 mil ciudadanos de ese país ingresaron a Ecuador entre 2016 y septiembre de 2017, la mayoría de ellos en su camino hacia el sur. Los medios colombianos dan una cifra mucho mayor, de unos 200 mil personas que han cruzado la frontera hacia Ecuador en los tres últimos meses.
En Chile, los venezolanos están liderando las solicitudes de residencia: sólo en el primer semestre del año pasado, el número de los que han pedido visa llegó a 32 mil, superando la cifra total de todo 2016. Según la Policía de Investigaciones, casi 165 mil ciudadanos del país sudamericano ingresaron a Chile, un 90% más que en 2016.
Sin embargo, hasta ahora La Moneda no ha anunciado medidas para enfrentar el ingreso masivo de venezolanos: el cambio de gobierno y la complicada negociación de la reforma migratoria están más arriba en la agenda.
México, en tanto, recibió 4.042 solicitudes de refugio en 2017, frente a sólo una en 2013.
Realidad paralela
En tanto, el gobierno venezolano parece estar viviendo en un universo paralelo y se niega a reconocer el problema. El presidente Nicolás Maduro, aseguró la semana pasada que el número de venezolanos que han abandonado su país “es muchísimo menor a la cifra que tratan de posicionar algunos presidentes del grupo de derecha anti venezolano, llamado Grupo de Lima”.
El Grupo, de catorce países americanos incluyendo a Chile, llamó al gobierno de Maduro a abrir un canal humanitario y acordó “coordinar esfuerzos” para enfrentar el éxodo de venezolanos hacia los países americanos.
“Sabemos que uno de los países que más problemas tiene en el sentido de desplazamiento interno internacional ha sido y es Colombia”, reaccionó Maduro. En Venezuela viven 5,6 millones de colombianos y “llegan todos los días nuevos”, afirmó.
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