El presidente Donald Trump dijo el domingo que los aranceles que ha impuesto a México, Canadá y China pueden causar "algo de dolor" a los estadounidenses, mientras Wall Street y los mayores socios comerciales de Estados Unidos mostraban su esperanza de que la guerra comercial no dure mucho.
Trump, que inició su segundo mandato como presidente el 20 de enero, defendió las medidas que anunció el sábado. Canadá y México dijeron que estaban trabajando juntos para hacer frente a los aranceles estadounidenses del 25% a las importaciones, que prometen sacudir las economías integradas de tres países norteamericanos que han tenido acuerdos de libre comercio por décadas.
Canadá y México prometieron inmediatas represalia tras el anuncio de Trump el sábado. China dijo que desafiaría los aranceles del 10% de Trump en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y tomaría contramedidas no especificadas.
Los críticos dijeron que las medidas contra los tres mayores socios comerciales de Estados Unidos perjudicarán a los estadounidenses al elevar los precios y ralentizar el crecimiento mundial.
Trump defendió su decisión en las redes sociales el domingo.
"Estados Unidos tiene grandes déficits con Canadá, México y China (¡y con casi todos los países!), debe 36 billones de dólares, y no vamos a seguir siendo el 'País Estúpido'", escribió el presidente republicano.
En mayúsculas, Trump añadió: "¡Esta será la edad de oro de Estados Unidos! ¿Habrá algo de dolor? Sí, tal vez (¡y tal vez no!)".
Trump no especificó a qué se refería con "algo de dolor".
Un modelo de medición del impacto económico del plan arancelario de Trump elaborado por el economista jefe de EY, Greg Daco, sugiere que el crecimiento económico de Estados Unidos bajará 1,5 puntos porcentuales este año, sumiría a Canadá y México en una recesión y daría paso a la "estanflación" -alta inflación, estancamiento del crecimiento económico y elevado desempleo- en el la mayor economía del mundo.
Los mercados financieros cerraron durante el fin de semana, pero las medidas se dejarán sentir inicialmente cuando los futuros de las acciones estadounidenses coticen el domingo a las 2300 GMT.
Los inversores aguardaban la evolución de la situación con ansiedad, pero algunos analistas dijeron que había cierta esperanza en las negociaciones, especialmente con Canadá y China.
"A sólo dos días de la implementación, parece probable que los aranceles entren en vigor, aunque no se puede descartar por completo un compromiso de última hora", dijeron economistas de Goldman Sachs en una nota el domingo.
Añadieron que, dado que la Casa Blanca estableció condiciones muy generales para su eliminación, es probable que los gravámenes sean temporales, "pero las perspectivas no están claras".
Los aranceles de Trump, esbozados en tres decretos, deben entrar en vigor el martes a medianoche (a las 0501 GMT del miércoles). Trump prometió mantenerlos hasta que termine lo que describió como una emergencia nacional por el fentanilo, un opioide mortal, y la inmigración ilegal a Estados Unidos.
China dejó la puerta abierta a las conversaciones con Estados Unidos, pero su respuesta más contundente fue sobre el fentanilo.
"El fentanilo es un problema de Estados Unidos", dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, que agregó que China ha adoptado muchas medidas para combatir el problema.
La embajadora de Canadá en Estados Unidos, Kirsten Hillman, mostró el domingo su esperanza de llegar a un acuerdo.
"Tenemos la esperanza de que no entre en vigor el martes", dijo Hillman en el programa "This Week" de la cadena ABC.
Hillman dijo que los funcionarios canadienses están dispuestos a seguir hablando con Estados Unidos, pero que los canadienses esperan que su Gobierno "se defienda."
Trump ha sonado particularmente despectivo hacia Canadá, con llamados para que el país se convierta en el 51º estado de Estados Unidos y ha argumentado que "dejaría de existir como un país viable" sin su "enorme subsidio".
Una encuesta de Reuters/Ipsos publicada la semana pasada mostró que los estadounidenses estaban divididos sobre los aranceles, con un 54% en contra y un 43% a favor.
Cumplir lo prometido
El anuncio de los aranceles cumple la repetida amenaza de Trump durante la campaña presidencial de 2024 y desde que asumió el cargo, desafiando las advertencias de los principales economistas de que una nueva guerra comercial con los principales socios estadounidenses erosionaría el crecimiento del país y mundial, al tiempo que elevaría los precios para los consumidores y las empresas.
En menos de dos semanas de su segundo mandato, Trump está cambiando las normas de cómo se gobierna Estados Unidos y cómo interactúa con sus vecinos y con el resto del mundo.
Trump declaró la emergencia nacional en virtud de las leyes denominadas Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional y Ley de Emergencias Nacionales para respaldar los aranceles, las que otorgan al presidente amplios poderes para imponer sanciones en situaciones de crisis.
Los abogados especializados en comercio dijeron que Trump estaba poniendo a prueba una vez más los límites de las leyes estadounidenses, y que los aranceles podrían enfrentarse a retos judiciales. Los legisladores demócratas Suzan DelBene y Don Beyer denunciaron lo que calificaron de abuso flagrante del poder ejecutivo.
Los republicanos celebraron la acción de Trump. Grupos industriales y demócratas lanzaron advertencias sobre el impacto en los precios.
"¿Quién sufrirá más? Los consumidores estadounidenses - que se enfrentarán a precios por las nubes en todo, desde comestibles hasta gasolina y automóviles", escribió el representante estadounidense Josh Gottheimer en redes sociales.
INVERSORES MIRAN AL FUTURO
Los inversores estaban considerando los efectos de los aranceles adicionales prometidos por Trump, incluidos los relacionados con el petróleo y el gas, así como el acero, el aluminio, los chips semiconductores y los productos farmacéuticos. Trump también ha prometido acciones contra la Unión Europea.
"Es sólo cuestión de tiempo que la UE se convierta en objetivo", dijo Marchel Alexandrovich, de Saltmarch Economics en Londres.
La Unión Europea dijo que no tenía conocimiento de la imposición de más aranceles a los productos de la UE y un portavoz de la Comisión Europea dijo que el bloque "respondería con firmeza a cualquier socio comercial que imponga aranceles de forma injusta o arbitraria a productos de la UE".
El mayor fabricante europeo de automóviles, Volkswagen VOWG_p.DE, dijo que contaba con las conversaciones para evitar el conflicto comercial.
Los fabricantes de automóviles se verían especialmente afectados, ya que los nuevos y elevados aranceles sobre los vehículos fabricados en Canadá y México supondrían una carga para una vasta cadena de suministro regional en la que las piezas pueden cruzar las fronteras varias veces antes de su montaje final.
Perjuicio a los estadounidenses
En un mensaje dirigido a los estadounidenses, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que los ciudadanos de Estados Unidos se verían perjudicados por el aumento de los precios de los alimentos y la gasolina, así como por el posible cierre de plantas de ensamblaje de automóviles y el suministro limitado de metales y minerales.
Trudeau instó a los canadienses a boicotear a Estados Unidos y sus productos.
El sábado por la noche, Trudeau dijo que Canadá respondería con aranceles del 25% a US$ 155.000 millones de productos estadounidenses, incluyendo cerveza, vino, madera y electrodomésticos, comenzando con US$ 30.000 millones que entrarán en vigor el martes y US$ 125.000 millones 21 días después.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, no dio detalles sobre los aranceles de represalia previstos.
Un folleto informativo de la Casa Blanca dijo que los aranceles se mantendrían "hasta que la crisis se alivie", pero no dio detalles sobre lo que los tres países tendrían que hacer para ganar un indulto.
Trump solo impuso un arancel del 10% a los productos energéticos procedentes de Canadá tras las preocupaciones planteadas por las refinerías de petróleo y los estados del Medio Oeste. Con casi US$ 100.000 millones en 2023, las importaciones de crudo representaban aproximadamente una cuarta parte de todas las importaciones estadounidenses procedentes de Canadá, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos.