A tres décadas del estreno de la película "Los Locos del Canonball" donde la protagonista era una carrera de autos que atravesaba Estados Unidos de costa a costa, una competencia similar, pero real, se sigue celebrando. Super deportivos, estrafalarios millonarios famosos o no, actores venidos a menos del estilo de David Hasellhoff, protagonista de la serie El auto fantástico; cantantes y DJ para amenizar el término de cada etapa, conforman una caravana peculiar. Se llama Gumball 3000, y este año partió de Estocolmo (Suecia) el pasado 23 de mayo para acaba en el templo del juego y las apuestas, Las Vegas. Una aventura que no está al alcance de cualquiera a la vista de sus bólidos. Desde un Bugatti Veyron valorado en más de dos millones de euros hasta un Jaguar E-Type clásico de los '60; una incontable variedad de Ferraris (F12 Berlinetta o 458 Italia), los nuevos AMG GT de Mercedes o Lamborghinis de todo tipo, cuyo precio supera en muchos casos los 300 mil euros.
Incluso un Rolls-Royce Phantom descapotable bañado en oro con los miembros del equipo vestidos de romanos antiguos. La inscripción cuesta US$ 68.000 e incluye el alojamiento durante todas las etapas para dos personas por vehículo, además del traslado desde Ámsterdam a Reno (EEUU) de toda la caravana en un avión que cruzará el Atlántico con una carga valorada en más de US$ 200 millones. Son seis etapas en total donde se conocen los puntos de partida y de llegada, pero no los intermedios por donde pasan obligatoriamente los participantes. Y no vale todo: la organización advierte que hay que respetar los límites de velocidad de cada país y la señalización de las carreteras. La organizadora es Gumball 3000, creada por el expiloto y diseñador Maximillion Cooper en 1999, que fue valorada en US$ 200 millones en 2012 por Forbes.