Grecia necesita un acuerdo con sus acreedores a fines de mes para mantenerse a flote, afirmó ayer el gobierno, en momentos en que los inversionistas desechaban los bonos helenos en una señal de un creciente temor a que el país entre en bancarrota.
El tiempo que le queda a Grecia para llegar a un acuerdo con sus acreedores es "muy limitado", dijo ayer el comisionado de Asuntos Económicos de la Unión Europea, Pierre Moscovici, a reporteros en Berlín.
Pero pese a su precaria posición, Atenas dijo que no abandonaría sus "líneas rojas" en sus conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus socios de la zona euro.
Estas condiciones incluyen una reestructuración de la deuda, una meta de superávit primario más baja y una promesa de no hacer más recortes en pensiones y salarios.
"No estamos poniendo líneas rojas porque sean como un fetiche", dijo el portavoz del gobierno, Gabriel Sakellaridis. "Creemos que son elementos necesarios de un acuerdo para que no volvamos a tener los problemas del pasado".
Como alternativa, el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, propuso que el fondo de rescate europeo pague 27 mil millones de euros de sus bonos en manos del Banco Central Europeo, que empezarán a vencer en julio y agosto, comprometiéndose a devolver el dinero en un plazo mayor.
El primer ministro Alexis Tsipras, por su parte, dijo que cualquier acuerdo debe tener en cuenta los problemas de financiamiento de Grecia a largo plazo e incluir un programa de inversión "audaz" en vez de imponer más recortes en las pensiones.
La respuesta de Alemania no se hizo esperar. El Bundesbank dijo que el gobierno heleno debe cumplir sus promesas pasadas de reforma para evitar la insolvencia.
"No es posible una solución sostenible sin una reforma sustancial en Grecia", desafió el banco central.
Suben rendimientos
Temiendo lo peor, los inversionistas vendieron la deuda griega y los rendimientos a dos años subieron 289 puntos básicos durante la jornada, hasta 23,99%, la mayor alza diaria en más de un mes. Los retornos a diez años escalaron hasta 76 puntos básicos, hasta 11,54%.
Sakellaridis dijo que los salarios públicos y las pensiones serán pagados este mes, pero dejó claro que el dinero se está acabando, ya que el Estado debe pagar unos 1.500 millones de euros (US$ 1.700 millones) al FMI el próximo mes.
"Debería haber una solución en mayo para que podamos resolver nuestros asuntos de liquidez", comentó en una conferencia de prensa.
El diario griego To Vima informó que la Comisión Europea preparó un posible compromiso, proponiendo que los acreedores acepten un objetivo de superávit primario más bajo a cambio de una reforma fiscal y un alza en los impuestos a las ventas.
Pero tanto la comisión como el Ejecutivo heleno negaron conocer tal propuesta.