La economía de Estados Unidos aún está convaleciente de los golpes que recibió durante la crisis financiera y la recuperación ha sido más lenta que la esperada, pero el paciente podría ser dado de alta pronto. Ese es el diagnóstico de Stephan Danninger, el jefe de división del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional a cargo de EEUU.
La semana pasada, el economista visitó Santiago para presentar a las autoridades chilenas las conclusiones del Artículo IV de la principal potencia del mundo, informe que fue publicado a comienzos de mes. En entrevista con DF, Danninger reconoció que la estructura de la economía estadounidense es distinta a la que existía hace una década y que el país está mejor preparado para enfrentar una potencial crisis.
- Diversos expertos han asegurado que la recuperación ha sido lenta. ¿Concuerda con esa visión?
- La economía estadounidense está convaleciente. Con un crecimiento de 2,5% y 3% este año y el próximo la utilización de capacidad y la brecha de producción se cerrarán y la economía estará en completa operación. El final está a la vista, pero concordamos con que ha tomado mucho más tiempo que en el pasado. No creemos que esto sea inusual, porque sabemos que la crisis fue compleja y fue sincronizada en todo el mundo. Quizás sí está tomando un poco más que lo que esperábamos, pero no es inusual.
- Tanto el gasto de los consumidores como la inversión empresarial se han mantenido suaves desde 2009. ¿Significa esto que la economía es estructuralmente distinta a la que había antes de la crisis?
- Sí, creemos que es estructuralmente diferente en tres aspectos. El mercado inmobiliario se ha vuelto más resiliente, por lo que es estructuralmente diferente en el buen sentido. No hemos visto los mismos excesos en términos de prácticas de préstamo y de acreedores de baja calidad que tienen acceso al mercado inmobiliario. Esto ha retrasado un poco la recuperación, pero es un buen cambio estructural.
Por el lado de la inversión, hemos notado, desde antes de la crisis, que la productividad ha bajado. Esto es tanto en el grado de acumulación de capital, es decir, inversión, como en un menor crecimiento de la productividad. Las razones no se entienden completamente, pero creemos que se relaciona con la revolución TI, que ya siguió su curso. Esto es un poco preocupante, porque podría ser una señal de que la inversión podría no ser fuerte.
Otro componente distinto es que la población está envejeciendo. El crecimiento de la fuerza laboral solía ser superior a 1% y ahora vemos que es de 0,5%.
- ¿Diría que el país está viviendo un estancamiento secular?
- No hay una opinión clara al respecto. El crecimiento potencial se ralentizó a 2%, por lo que la economía claramente no se está expandiendo tan rápido como en el pasado.
Sin embargo, no estamos completamente convencidos de que haya una tendencia secular hacia un crecimiento más bajo.
- ¿Cree que EEUU está mejor preparado para enfrentar una potencial crisis?
- Diría que sí, y sería un sí sólido, especialmente en el sector financiero. La Ley Dodd-Frank, que es la principal reforma regulatoria y de supervisión que ha sido promulgada, fue un gran paso hacia adelante, pero no estamos satisfechos en el sentido de que esto es un trabajo en desarrollo.
El sector bancario claramente está más saludable, tiene robustas posiciones de capital, más liquidez y menos apalancamiento. Pero los bancos también están más interconectados y, debido al ambiente de bajas tasas, creemos que hay espacios de vulnerabilidad.
Además, el sector no bancario es muy grande y, dentro de ese segmento, el área de administración de activos es una fuente de riesgos.
"Existe un beneficio para postergar el alza de tasas"
A comienzos de junio, el Fondo Monetario Internacional urgió a la Reserva Federal a que retrase el primer aumento en las tasas de interés en casi una década hasta el próximo año, argumentando que era mejor esperar señales claras de inflación en los salarios y los precios y un crecimiento económico más sólido.
El encargado para EEUU del Fondo explicó que "el principal beneficio de esperar es comprar un seguro. Lo que nos preocupa es que si el crecimiento baja por alguna razón y las tasas de interés ya están en una trayectoria alcista, la Fed tendría que revertir el curso y eso sería malo para su credibilidad y para las percepciones sobre la fortaleza de la economía".
Danninger detalló que el incremento en los tipos o algún shock externo podrían generar una mayor volatilidad en el mercado de los bonos del Tesoro, lo que se puede traducir en un alza más brusca en la curva de rendimiento a largo plazo.
"Esto podría tener un impacto en la actividad inmobiliaria, ya que las hipotecas serían más caras, y también afectaría a los mercados de capital, lo que golpearía las percepciones de consumo y de riqueza", acotó.
Si el organismo liderado por Janet Yellen opta por esperar hasta 2016 para actuar, la Fed podría correr el riesgo de ver una subida más acelerada en el costo de la vida, lo que podría provocar que la inflación se ubique por encima de la meta de 2%. Sin embargo, Danninger cree que la Fed no tendrá problemas para controlar las expectativas de inflación a largo plazo.
En cuanto al impacto que la decisión tendrá sobre el resto del mundo, el experto cree que el banco central "está consciente de las implicancias, pero también está claramente enfocado en su mandato dual de estabilidad de precios y crecimiento del empleo". En todo caso, él estima que "enfocarse en la estabilidad doméstica es compatible con moderar los efectos colaterales".