El crecimiento de la productividad laboral se está desacelerando alrededor del mundo y esto está causando una creciente preocupación entre los economistas y las autoridades, ya que podría provocar que en todo el globo se experimenten menores tasas de expansión económica, lo que a su vez repercute en los estándares de vida de las personas.
La producción por trabajador creció el año pasado a su tasa más baja desde el milenio, con una desaceleración evidente en casi todas las regiones, mostró el think tank estadounidense Conference Board en un informe reciente. Sólo India y África subsahariana experimentaron una aceleración en el crecimiento de la eficiencia en 2014.
A nivel global, el aumento de la productividad se desaceleró a 2,1% en 2014, frente a un promedio anual de 2,6% entre 1999 y 2006. En las economías maduras la expansión se desaceleró a 0,6%, desde 0,8% en 2013, como resultado de débiles desempeños en Estados Unidos, Japón y Europa.
Bart van Ark, el economista jefe de Conference Board, dijo que si se toma en cuenta los niveles de habilidades y la inversión, además del número de trabajadores, la productividad total de factores bajó 0,2% en 2014. "Este es un fenómeno global, así es que tenemos que tomarlo en serio", advirtió.
Preocupación creciente
Las autoridades sí lo están tomando en serio. En un discurso realizado el mes pasado, Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal de EEUU, responsabilizó a la productividad "relativamente débil" del país por el "tibio ritmo de aumento en los sueldos en años recientes", y demandó nuevas medidas para fortalecer la educación, impulsar la innovación y elevar la inversión de capital.
Datos entregados la semana pasada por el Departamento del Trabajo mostraron que la productividad no agrícola de EEUU bajó a una tasa anual de 3,1% en el primer trimestre, la primera caída respecto de los tres meses previos desde 2006. Frente al año anterior aumentó sólo 0,3%.
Según JPMorgan, la productividad ha aumentado sólo 0,6% anualizado en los últimos cinco años, la peor racha de cinco años desde principios de los años '80.
"La tendencia de la productividad laboral ha sido golpeada porque la falta de inversiones provocó una caída sin precedentes en la intensidad de capital. El ratio de servicios de capital por hora trabajada bajó ligeramente en 2011, 2012 y 2013, la primera racha de tres caídas consecutivas de la que se tenga registro", explicó a Reuters Ted Wieseman, economista de Morgan Stanley.
En Reino Unido, la productividad no ha mejorado en ocho años, rompiendo una tendencia de casi 2% de crecimiento anual que se había extendido por más de un siglo. El primer ministro David Cameron se hizo cargo y asumió como compromiso de su nuevo gobierno impulsar la productividad.
Fenómeno previo a la crisis
Algunos economistas han explicado este fenómeno como algo temporal, provocado porque la crisis económica global de 2008-2009 hizo caer la inversión en tecnología y procesos para enfrentar la menor demanda. Por lo tanto, la tendencia se revertiría cuando se asiente la recuperación.
Pero los datos de Conference Board revelan que la desaceleración comenzó antes de la crisis financiera. En Europa y Japón se inició en la década de los '90, y se relaciona con una menor adopción de tecnología.
El economista jefe de General Electric, Marco Annunziata, ha planteado que en Europa se combinó la falta de toma de riesgos, un bajo gasto en investigación y desarrollo y mercados laborales inflexibles, según recoge FT.
En EEUU el crecimiento de la productividad comenzó a estancarse en 2005, cuando se acabaron los dividendos de la revolución tecnológica de los '90, explicó John Fernald, economista jefe de la Reserva Federal de San Francisco.
Incluso en los países emergentes, la tasa de crecimiento de la eficiencia se ha desacelerado. Según Van Ark, los mercados emergentes están alcanzando los límites de crecimiento fácil que consiguieron actualizando su tecnología, mientras que las economías avanzadas se están enfocando en los servicios, que tienen un menor margen para las ganancias de eficiencia.
En un escenario de envejecimiento de la población, para compensar el menor crecimiento del empleo en los próximos 50 años, las economías avanzadas deberían aumentar la productividad un 80% más rápido que en las últimas cinco décadas, según cálculos de la consultora McKinsey.
Una opción es impulsar la innovación y la inversión, especialmente en el área tecnológica y de automatización. Pero sea cual sea la respuesta, debe ser rápida, porque si no repuntan los patrones de productividad el crecimiento será permanentemente menor, al igual que los ingresos del gobierno, y eso redundará en los servicios públicos.
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