El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, destacó ayer la eficacia de las últimas medidas del instituto emisor, que desde el lunes realiza compras masivas de deuda pública en los mercados, mientras que el euro cae a su nivel más bajo frente al dólar de los últimos doce años, como consecuencia de la puesta en marcha de dicho programa y las expectativas de un aumento de los tipos de interés por parte de Estados Unidos.
Durante una intervención en Frankfurt, Draghi aseguró que "este paquete (de medidas) ha sido eficaz", y agregó que "el impacto del programa (de compras) y de las anteriores medidas es visible".
El banquero italiano recordó que los intereses de los préstamos a las empresas comenzaron a bajar en el tercer trimestre de 2014 y las expectativas de inflación han reaccionado positivamente a los planes del BCE de expandir su balance, mientras que la rentabilidad de los bonos a largo plazo de la eurozona ha caído a pesar de la renovada crisis en Grecia.
"Esto sugiere que el programa de compra de activos puede estar protegiendo del contagio a otros países de la eurozona", añadió el presidente del organismo emisor.
Además, si bien reconoció que el esquema de compras podría conllevar ciertos riesgos de estabilidad financiera, descartó que el programa vaya a frenar las reformas estructurales en la zona euro.
"El impacto benéfico de nuestras compras de activos en las condiciones de financiación no reducirá los estímulos para reformar", sino que al contrario "incrementará los beneficios de dichas reformas, en la medida en que las empresas tienen incentivos para aumentar sus inversiones, lo que acelerará la recuperación económica", dijo Draghi.
Caída libre
El euro se hundió ayer ante el dólar hasta su menor nivel desde 2003, a causa de las persistentes inquietudes sobre la economía europea y las perspectivas de un endurecimiento monetario en EEUU.
Al cierre de la jornada de ayer, la moneda única perdía más de 1% para quedar en US$ 1,05, poniendo de manifiesto una carrera hacia la paridad que los analistas no esperaban hasta 2016.
Cerca de un tercio de la caída del euro de este año se ha producido desde el viernes, cuando un dato de empleo de EEUU más sólido de lo esperado avivó la especulación respecto de que la Fed podría empezar a elevar sus tipos de interés desde mediados de este año.
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