La economía de Estados Unidos perdió fuerza en los últimos tres meses de 2014, con el consumo personal destacando como el principal motor de crecimiento al registrar su ritmo más acelerado en casi ocho años, situación que se mantendría durante este año.
En su tercer y último cálculo, el Departamento de Comercio informó que el PIB aumentó 2,2% anualizado entre octubre y diciembre, la misma tasa que la reportada previamente y por debajo de la estimación de 2,4%. El dato se compara con el ritmo de 5% registrado en el tercer trimestre.
El elemento más positivo del reporte fue la revisión al alza del consumo privado, que pasó desde 4,2% en la previsión de febrero a 4,4%. Este es el nivel más alto desde inicios de 2006 y esta categoría aportó casi 3 puntos porcentuales al PIB.
El dato reflejó un mayor gasto en salud. El desembolso en servicios se incrementó 4,3%, lo que se compara con la proyección anterior de 4,1%.
La compra de bienes también fue más robusta que lo estimado hace un mes, ya que este componente fue corregido desde 4,5% a 4,8%.
Durante todo 2014, el gasto de los consumidores –que representa cerca de 70% de la economía– trepó 2,5%, la mayor variación desde 2006.
Si bien los indicadores de consumo durante el primer trimestre han sido suaves, debido entre otros factores al duro invierno boreal, este elemento debería fortalecerse en el mediano plazo siempre y cuando la creación de empleo y el crecimiento de los ingresos se mantengan sólidos, según Carl Riccadonna y Josh Wright, economistas de Bloomberg Economics.
Debilidad de las compañías
El informe reveló una fragilidad en el sector corporativo, con una menor inversión, una acumulación más baja de inventarios y con una contracción de las ganancias.
La inversión privada bruta se elevó 3,7% en el cuarto trimestre, lejos del pronóstico previo de 5,1% y del alza de 7,2% anotada entre julio y septiembre. Esta categoría contribuyó 0,61 punto porcentual al PIB, menos que el aporte de 0,84 punto anunciado anteriormente.
El gasto en equipos apenas subió 0,6%, por debajo del cálculo de febrero de 0,9% y una brusca desaceleración frente a la expansión de 11% en los tres meses anteriores.
El frenazo probablemente reflejó la apreciación del dólar y los menores precios del petróleo, lo que provocó una caída en la actividad de perforación y exploración.
Las empresas acumularon US$ 80 mil millones en inventarios, una cifra menor que los US$ 88.400 millones estimados antes. De esta manera, las reservas sustrajeron 0,1 punto porcentual de la economía, frente al aporte de 0,12 punto reportado hace un mes.
El débil ritmo de reabastecimiento a fines del año pasado elimina la amenaza de un exceso de inventario, lo que le da espacio a las firmas para realizar más órdenes de bienes entre enero y marzo.
El informe también incluyó datos de las ganancias corporativas del cuarto trimestre. Los beneficios antes de impuestos retrocedieron 1,4% luego de haber avanzado 3,1% en los tres meses previos, deprimidos por los declives en las instituciones financieras y las filiales extranjeras.
En todo 2014, las utilidades descendieron 0,8%, la primera baja desde 2008. El panorama para 2015 se ve sombrío por el reciente fortalecimiento del dólar.
Joseph LaVorgna, economista jefe para EEUU de Deutsche Bank, explicó que es más probable que la apreciación de la moneda "impacte las ganancias este trimestre y el resto del año en vez de suceder casi en tiempo real".
Los expertos de Bloomberg Economics acotaron que las tendencias en los beneficios influencian la contratación y las decisiones de inversión, lo que es consistente con los moderados datos económicos que se han publicado últimamente, con la excepción de las cifras de empleo.
"Si la contratación se suaviza en algún momento en la primera mitad del año, sería más problemático en un escenario de menores ganancias", advirtieron.
Las mayores cargas
A pesar de haber sido una menor carga que lo pensado originalmente, el comercio internacional fue el elemento que más restó al PIB.
Las exportaciones netas descontaron 1,03 punto porcentual, lo que se compara con una sustracción de 1,15 punto reportado anteriormente.
Si bien los envíos fueron revisados desde 3,2% a 4,5%, el repunte no fue suficiente para contrarrestar el salto de 10,4% de las importaciones, que fue mayor a la tasa de 10,1% informada en febrero.
En tanto, el consumo gubernamental se contrajo 1,9% arrastrado por un desplome de 7,3% en el gasto federal, que fue levemente menor al 7,5% comunicado preliminarmente. Este componente restó 0,35 punto porcentual al PIB.
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