Para los economistas de Credit Suisse existe un riesgo latente de que el enfriamiento de los mercados emergentes pueda perjudicar a la economía mundial, debido a que el crecimiento de estos países -principal motor luego de la crisis financiera de 2008- está perdiendo impulso.
El grupo de economistas del banco predijo que para este año el crecimiento de los países en vías de desarrollo marcará su ritmo más débil desde 2009, desacelerándose a 3,8%. En cambio, en los países industrializados predicen un ritmo de 2,2%, el más potente en cinco años, dejando la brecha de crecimiento entre ambos grupos en 1,6 puntos porcentuales, la menor desde 2001 y bajo los 2,5 puntos del año pasado. Una baja significativa, si se considera que en 2007 la brecha fue cercana a los seis puntos.
Es más, la producción industrial de los países en vías de desarrollo y de los industrializados se ampliaría al mismo ritmo este año por primera vez desde 1998.
Pero según señala Bloomberg, lo que preocupa a Credit Suisse no es el balance del crecimiento en sí mismo, si no que los mercados emergentes puedan seguir disminuyendo su crecimiento. La presión que ejerce sobre ellos el precio de los commodities, el fortalecimiento del dólar y la potencial alza en Estados Unidos de las tasas de interés podría perjudicarles tanto como para desencadenar un shock deflacionario a nivel global.
En un informe del 20 de marzo, los economistas dirigidos por Neville Hill y Hames Sweeney aseguraron que "un riesgo clave para este año es que algunas economías emergentes puedan provocar un accidente financiero o económico suficiente como para que la convergencia de sus tasas de crecimiento con las de los mercados desarrollados se exceda, manteniendo vivos los temores de deflación".
Las amenazas
Sólo a modo de recordatorio, la agitación en América Latina durante la década de los '80, la crisis mexicana de 1994 y la crisis asiática en 1997 surgieron en parte por el avance del dólar y una más estricta política monetaria en EEUU. La transmisión era más directa entonces con los tipos de cambio vinculados al dólar y las deudas externas eran excesivas.
Si bien la postura menos agresiva para elevar las tasas de interés anunciada la semana pasada por la presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen, fue un alivio para las economías emergentes, esto podría no durar por mucho tiempo, puesto que la entidad comenzaría a subir las tasas en junio.
Por ahora, Credit Suisse asegura que la principal amenaza está presente en la devaluación del yuan chino y, en América Latina, que luce vulnerable dado su débil crecimiento y alta inflación.