Apenas fue mencionado en el comunicado de la Reserva Federal tras la reunión que finalizó el miércoles, pero el dólar fue el gran protagonista de este último encuentro.
Tal como se esperaba, el banco central abrió la puerta a un alza de la tasa de interés en los próximos meses –probablemente junio- al remover la afirmación de que será "paciente" en ajustar la política monetaria. Sin embargo, lo que sorprendió al mercado fue que su presidenta Janet Yellen afirmara que el ritmo de ajuste, una vez que comience, será más lento de lo esperado.
Según expertos, el factor decisivo detrás de esta decisión de no apresurar el incremento de los tipos es la apreciación de la moneda estadounidense, que está presionando a la baja la inflación y está restringiendo el crecimiento.
En el último año, el dólar ha subido 32% frente al euro, 39% ante el real brasileño, 18% frente al yen japonés y 13% frente a la libra británica. Y pese a que las declaraciones de la Fed provocaron que el miércoles el dólar registrara su mayor caída intradía frente al euro y la libra esterlina en seis años, ayer la divisa borró las pérdidas y volvió a subir con fuerza, cerrando en US$ 1,0640 por euro.
Políticas divergentes
El alza de la divisa se explica por varios factores. Uno de ellos es el aumento del estímulo monetario en la zona euro y Japón. En el Viejo Continente el Banco Central Europeo lanzó un programa de compra de activos para bajar las tasas de interés. Las tasas bajas, además de impulsar el endeudamiento y el gasto a nivel local, tienen el efecto secundario de hacer caer el valor de la moneda comunitaria, aumentando la competitividad de las naciones europeas al hacer sus productos más baratos. A eso se suma que la crisis de financiamiento de Grecia aún no está resuelta, lo que agrega volatilidad. El gobierno nipón, por su parte, ha inyectado estímulo de manera constante para apuntalar la economía y combatir la deflación.
Algunos expertos plantean que el diferencial en las monedas subraya el potencial disruptivo de las acciones de los bancos centrales, y que la volatilidad resultante es dañina tanto para las economías como para los inversionistas.
Por eso, y pese a sus esfuerzos por desacoplar la política monetaria de EEUU del resto del mundo, la Fed decidió moderar su ajuste. "En el mundo interconectado de hoy, era probablemente un poco ingenuo creer que EEUU estaría totalmente inmune a las presiones globales", dijo a Bloomberg Chris Rupkey, economista financiero jefe de Bank of Tokyo-Mitsubishi en Nueva York.
"Quizás el hecho de que el resto de los bancos centrales esté bajando las tasas los hizo repensar sus planes de actuar solos", agregó.
Otra de las explicaciones de la apreciación la ofreció la propia Yellen en la conferencia de prensa posterior al encuentro: el alza refleja la fortaleza de la economía estadounidense.
El país creció un 2,2% anualizado en el cuarto trimestre. En contraste, la zona euro se expandió un 0,3% trimestral en el mismo período y Japón un 1,5% anualizado. La demanda por dólares ha aumentado a medida que los inversionistas colocan su dinero en acciones y otros activos estadounidenses que se han beneficiado del crecimiento y de mayores ganancias. Del mismo modo, el euro ha caído porque los inversionistas tienen menos fe en la habilidad de los gobiernos europeos de elevar sus tasas de expansión.
Si bien las cifras del primer trimestre apuntan a una desaceleración en EEUU, la debilidad se explica en gran parte por el mal clima.
Impacto del dólar
La apreciación del dólar afecta a la economía estadounidense de dos maneras: contiene el crecimiento al reducir la competitividad de las exportaciones y al mismo tiempo hace caer la inflación al reducir los precios de importación. Yellen expresó el miércoles que ya se ha visto una desaceleración de las exportaciones, y advirtió que los envíos serán un "freno notable" al crecimiento este año.
Pero hay analistas que ponen paños fríos a la preocupación. Según el economista jefe de IHS, Nariman Behravesh, el impacto no será tan extendido gracias a la baja dependencia de las exportaciones. Los envíos representan cerca de un 10% del Producto Interno Bruto estadounidense, mientras que en un país como Alemania, se ubican en torno al 50%, explicó a AFP.
Por su parte, el economista jefe de la Asociación Nacional de Manufactureros, Chad Moutray, aseguró que la solidez de la economía está impulsando las inversiones en el país, lo que compensa el efecto negativo en el comercio exterior.
La moneda está, además, un 17% por debajo de su nivel de principios de 2002 y un 27% por detrás de su nivel en marzo de 1985, dos momentos que marcaron el peak de las rachas alcistas anteriores, según datos de Bloomberg.
Hasta ahora, quienes han sentido más fuerte el impacto de la fortaleza del dólar son las empresas multinacionales estadounidenses. Las variaciones del tipo de cambio les costaron US$ 18.660 millones en ingresos durante el cuarto trimestre, mostró un informe de la empresa consultora de administración de riesgo cambiario FiREapps, divulgado esta semana.
Por ahora, el impacto del alza del dólar está contenido, pero eso podría cambiar si la racha se acelera.
divisa cae ante el peso y cierra en $ 640
En nuestro país, la divisa estadounidense se desmarcó de la tendencia mundial y cayó, a la espera de la reunión de política monetaria del banco central chileno.
El dólar descendió a niveles de $ 639 en la apertura, pero en el cierre se recuperó y cerró en puntas de $ 640 comprador y $ 640,30 vendedor. Se trata de un retroceso de $ 2,4 respecto al cierre del miércoles ($ 642,70), cuando consiguió máximos desde diciembre de 2008.
La caída del dólar en el mercado local se explicó por el alza de 2,5% del cobre en la Bolsa de Metales de Londres, dejando atrás cuatro jornadas consecutivas de bajas.
Pese al retroceso de la moneda estadounidense, los expertos creen que el tipo de cambio seguirá subiendo al menos hasta que la Reserva Federal de Estados Unidos empiece el ciclo de alza de tasas de interés.
"En la medida que el cruce se mantenga sobre los $ 630 a $ 635, la tendencia alcista sigue vigente", dijo ForexChile.