Joseph Blatter sacudió ayer al mundo del fútbol al renunciar inesperadamente a la presidencia de la FIFA, cuatro días después de ser reelegido para un nuevo período y en medio de un escándalo de corrupción que ha sumido a la organización en la mayor crisis de su historia.
Blatter, de 79 años, anunció su decisión en una conferencia de prensa en Zúrich, seis días después de que el FBI realizara una redada en un hotel de la ciudad y arrestara a varios funcionarios de la entidad.
"Pese a que tengo un mandato de los miembros de la FIFA, no siento que tenga un mandato de todo el mundo del fútbol: los hinchas, los jugadores, los clubes, la gente que vive, respira y ama el fútbol de la misma manera en que todos amamos la FIFA", dijo Blatter.
El dirigente precisó que se convocará a un congreso extraordinario para designar a su sucesor "lo más rápido posible", y él seguirá al mando hasta que se vote quién lo reemplazará.
"La FIFA necesita una profunda reestructuración", agregó el suizo, quien había sido elegido el viernes para un quinto mandato al frente de la entidad.
Peticiones de dimisión
La semana pasada autoridades de EEUU acusaron de corrupción a varios destacados dirigentes de la FIFA y a ejecutivos corporativos, mientras que Suiza investiga por separado el proceso por el que se eligió a Rusia y Qatar como sedes de los Mundiales de 2018 y 2022, respectivamente.
Ambos países niegan actos ilícitos. El presidente ruso, Vladimir Putin, acusó la semana pasada a Washington de liderar los esfuerzos para forzar la salida de Blatter.
Pese a que el suizo no fue mencionado en un principio en las investigaciones hubo varios llamados instándolo a dar un paso al costado, especialmente desde países occidentales. Algunos de los principales patrocinadores de la FIFA, como Visa, Adidas, Budweiser y McDonald's, habían expresado su preocupación por el impacto del escándalo.
"Fue una decisión difícil, una decisión valiente, y la decisión correcta", dijo el presidente de la UEFA, Michel Platini, quien en el último tiempo se había convertido en un feroz crítico.
También como "correcta" calificó la renuncia de Blatter el príncipe Ali bin al-Hussein, su contrincante en las elecciones de la semana pasada. El jordano se mostró dispuesto a asumir "de manera inmediata si así se lo piden".
"Estoy a las órdenes de todas las asociaciones nacionales que quieren un cambio", dijo.
Nuevas investigaciones
Pese a no haber precisado los motivos del sorprendente adiós, todo indica que la presión para que dimitiera y posibles nuevas actuaciones judiciales influyeron en su decisión. La cadena ABC News informó que el FBI y los fiscales estadounidenses ya están investigando al ex presidente de la FIFA. Previamente se habían conocido nuevas acusaciones contra el secretario general del organismo y brazo derecho de Blatter, Jerome Valcke, de estar implicado en "el inicio, aprobación e implementación" del proyecto por el que el Comité Organizador del Mundial de Sudáfrica 2010 hizo un pago de US$ 10 millones a la CONCACAF.
Según informó The New York Times, el presidente saliente ya estaría en la mira de la justicia norteamericana por corrupción. El diario neoyorquino asegura que, en sus esfuerzos por construir un caso contra Blatter, las autoridades esperan lograr la cooperación de algunos de los acusados la semana pasada.
En Chile, el presidente de la ANFP, Jorge Jadue, manifestó su conformidad con esa decisión del suizo. "Toda persona que tenga algún tipo de situación anómala o irregular debe dar un paso al costado", dijo Jadue.
Dos décadas de decisiones cuestionables y escándalos
Tras casi dos décadas al frente de la FIFA, Joseph Blatter renunció ayer a la presidencia del organismo. La presión por el último escándalo de corrupción era insostenible y Blatter, de 79 años, dio un paso al costado para permitir la "regeneración del organismo".
Aunque se licenció en Economía y Administración de Empresas en la Universidad de Lausana, la vida de Blatter (Suiza, 1936) ha estado íntimamente ligada al deporte. Fue jugador y entrenador de fútbol en equipos aficionados suizos entre la década de los '50 y '70. En los '60 fue secretario general de la Federación Suiza de Hockey sobre hielo y a mediados de los '70 llegó a la FIFA, bajo el mandato de Joao Havelange, como director técnico hasta más tarde, en 1998, asumir como presidente.
Blatter impuso un modelo de gestión en el organismo basado en la empresa privada. Le gusta afirmar que él "desarrolló el fútbol global, consigna Financial Times, algo que su legado, casi 20 años de decisiones cuestionables y escándalos, no sustenta por sí mismo. Pese a los múltiples cuestionamientos en torno a las decisiones del organismo, Blatter ha logrado que la mayor parte de las investigaciones sean internas y no lleguen a tribunales.
Más allá de los escándalos, el mundo del deporte mostró en repetidas ocasiones rechazo ante sus posturas. Desde la manera de incentivar la popularidad del fútbol femenino, exigiendo uniformes "más femeninos" a las jugadoras, hasta la negación de la existencia de racismo en las canchas. Muchos argumentarán que más allá de la controversia, Blatter, "el dictador" como le llamó el ex jugador argentino Diego Maradona recientemente, supervisó la transformación de la FIFA en una máquina de hacer dinero.
Además, impulsó la celebración de los Mundiales en Asia y África por primera vez, desplazando el tradicional centro de poder de Europa y América. Sin embargo, siempre estaba preparado para ponerse por encima de cualquier poderoso financista que haya dado su apoyo al organismo. Justo antes de su quinta reelección, advirtió a las grandes compañías que suministran millones de dólares de no abandonar a la FIFA dado su creciente impacto comercial.
"El fútbol se ha convertido en una importante industria y actividad comercial. Mi predecesor me dijo una vez 'has creado un monstruo'. Esto no es un monstruo, pero el fútbol y la FIFA se han convertido en algo muy importante", dijo Blatter.