Las compensaciones a clientes que el Grupo
Santander asumirá tras el fraude de Madoff y la quiebra de Lehman
Brothers supondrá a la entidad un costoo de US$ 576 millones, que se han
cargado en contra de las utilidades del último trimestre de 2008.
Así lo explicó hoy el presidente del Santander, Emilio Botín,
durante la presentación de los resultados correspondienets a 2008.
El banquero español aseguró que el caso Madoff, una "estafa
colosal", le sorprendió, pues "es incomprensible -dijo- que una
entidad sometida a una supervisión tan minuciosa como la que se
realiza en Estados Unidos haya podido cometer un fraude durante
tanto tiempo y por un importe tan elevado".
Botín señaló que "el banco es una víctima más" y
que "ha hecho todo lo correcto en este caso". Aseguró que el grupo
"ha actuado siempre con diligencia", tanto en lo que respecta a la
gestión de fondos en cuya ejecución intervino Madoff, como en la
venta de los productos, que "ha sido transparente y ajustada a los
adecuados procedimientos".
Botín subrayó que "hay razones comerciales muy poderosas que
aconsejan dar una solución a los clientes de banca privada
afectados", motivo por el que se han aprobado las compensaciones.
Hizo hincapié en que la entidad tiene 80 millones de clientes a
los que se esfuerza por atender y aseguró que los afectados a los
que se les ha contactado para notificarles las compensaciones están
"muy satisfechos", si bien reconoció que alguno podría emprender
acciones legales que afectasen a la entidad.
Ante esa posibilidad subrayó que "hemos hecho lo que teníamos que
hacer" y señaló que los productos relacionados con Madoff eran
"claros y fáciles de entender", si bien han sido víctimas de un caso
en el que la labor del Santander "hará que salga reforzado".
Botín recordó que la quiebra de Lehman Brothers afectó a
inversiones de clientes de la banca privada de Banif -perteneciente
al Grupo- y "dada la excepcionalidad de la situación, Banif decidió
asumir el riesgo emisor de Lehman que soportaban nuestros clientes".