La corporación estadounidense Intel planea cerrar su primera planta de montaje de chips en China,
localizada en Shanghai (este), y abrir otra en la ciudad de Chengdu,
en el interior del país, para "adaptarse a las condiciones
económicas" derivadas de la crisis, informó hoy la prensa china.
Este cambio afectará a 2.000 trabajadores que perderán su empleo
en la fábrica de Intel en el distrito shanghainés de Pudong, y
supone el segundo cierre de una planta de chips en el delta del
Yangtsé en dos semanas, después de que Qimonda, el quinto fabricante
mundial del sector, se declarara insolvente a finales de enero.
Una portavoz de Intel China, Nancy Zhang, afirmó en declaraciones
recogidas por el diario "South China Morning Post" que, pese al
cierre de Shanghai, la firma ofrecerá nuevos empleos en sus plantas
de Chengdu (provincia de Sichuan, centro) y Dalian (provincia de
Liaoning, noreste), ambas a más de 1.000 kilómetros de distancia.
Intel, la mayor productora de microprocesadores del mundo, apunta
a la crisis económica como principal culpable del traslado de esta
fábrica hacia el interior del país, una zona donde los costes son
más bajos y por lo general los gobiernos locales ofrecen mejores
incentivos que las áreas costeras a las empresas extranjeras.
El portavoz de la Asociación Industrial de Semiconductores de
China, Li Ke, calcula que Intel había gastado cerca de 500 millones
de dólares (391 millones de euros) en su planta de Shanghai,
aproximadamente un diez por ciento de la inversión total de la firma
en el país desde que entró en ese mercado.
El fin de la planta de Shanghai no supondrá una retirada de las
inversiones de Intel en China, según señaló el diario "Shanghai
Daily", que detalla que la compañía estadounidense tiene pensado
invertir en el país asiático otros 100 millones de dólares (78
millones de euros) "para futuras expansiones".
Li valoró que la producción anual de la planta ascendía hasta
ahora a 1.800 millones de yuanes (206 millones de euros, 263
millones de dólares).
Intel también anunció que abrirá en el futuro un nuevo centro de
investigación y desarrollo en Shanghai, el cuarto después de los que
ya tiene en Pekín y Shenzhen (provincia de Cantón, sur).