El
fabricante de procesadores Intel anunció hoy su intención de recurrir ante la
justicia la multa de 1.060 millones de euros (unos US$ 1.441 millones) impuesta
por la Comisión
Europea por abuso de posición dominante y negó que su
política de ventas haya provocado un daño a los consumidores.
En una conferencia
de prensa en Bruselas, el responsable de asuntos legales de la compañía, Bruce
Sewell, aseguró que Intel jamás ha ofrecido pagos directos a sus clientes por
no comprar productos de su único rival en el mercado de microprocesadores, AMD,
e incidió en que son los fabricantes de computadores los que reclaman
descuentos.
Sewell
también afirmó que el monto de la multa impuesta por Bruselas -que quedará
bloqueado en una cuenta bancaria en Bélgica hasta que la justicia europea
dictamine sobre el caso- es arbitrario, ya que no se sustenta en ninguna
infracción probada.
Según este
jurista, la Comisión
ha basado su decisión contra Intel en evidencias débiles, sin tener en cuenta
argumentos más sólidos que las contradicen.
En un
comunicado de prensa, el Ceo de la compañía, Paul Otellini, dijo que Bruselas
ha cometido un error y señaló que su decisión ignora la elevada competencia que
existe en el mercado de microprocesadores, caracterizado por la innovación
constante, la mejora de los productos y la rebaja de los precios.
"No ha
habido ningún daño a los consumidores", recalcó Otellini, que anunció su
intención de apelar ante el Tribunal de Primera Instancia de la UE.
Según la Comisión Europea,
durante años, Intel trató de excluir a sus competidores del mercado, al ofrecer
a sus clientes descuentos y hasta pagos directos por utilizar sus productos en
vez de los de su principal rival, AMD.
Pero desde
la compañía estadounidense aseguran que sus prácticas no suponen una violación
de la legislación comunitaria y resaltan que en un mercado en que hay sólo dos
competidores, "cuando uno aumenta sus ventas, el otro las reduce".