Centro Cultural Mori, la Fundación Teatro a Mil, el Teatro del Lago, LOM ediciones, el ballet folclórico de Chile Bafochi, son algunos de los pocos casos de éxito de la industria creativa y cultural en el país, que han logrado subsistir en el tiempo y contar con los recursos que permiten su sustentabilidad en el largo plazo.
Falta de financiamiento, redes de contacto, baja asociatividad son sólo algunos de los problemas que aquejan al sector, y que se esperan revertir con una serie de nuevos impulsos que proyectan, en un lapso de diez años, duplicar el aporte de este sector al Producto Interno Bruto de Chile (PIB), que hoy llega a sólo el 1,6%. Si bien es una cifra importante, explica Claudio Maggi, gerente de Desarrollo Competitivo de Corfo, aclara que es una de las más bajas de la región. “Perú está en 2,3%, Colombia y Brasil se sitúan cerca del 3%, y países desarrollados como Inglaterra, alcanzan un 8%. Lo que aspiramos en Chile es llegar a niveles de la región, es decir, un 3%. De ahí en adelante, seguir creciendo”, comenta.
Y como no, si a nivel mundial, las industrias creativas y culturales son el quinto rubro económico más grande en cuanto a volumen de ventas. De ahí, el desafío de considerarlas como “un sector tractor de la economía y establecer estrategias con programas y medidas de cooperación pública y privadas que desarrollen y potencien esta industria”, asegura Patricio Ovalle, director del Centro de Competitividad de la Universidad del Pacífico.
De acuerdo al último Mapeo de las Industrias Creativas en Chile, publicado a inicios de este año por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), a 2011 existían un total de 31.352 empresas creativas, que generaron ventas por US$ 11.368 millones, y representaron un 3,3% del total de firmas creadas a nivel nacional. La mayoría de ellas son micro y pequeñas empresas, organizaciones y artistas individuales.
Pese a sus dificultades, el informe establece que la industria tiene gran potencial de crecimiento y de mercado, no sólo a nivel nacional, sino también internacional. “La economía creativa genera un entorno de crecimiento económico y, además, influye positivamente en variados sectores como el turismo, servicios y el desarrollo de aplicaciones tecnológicas, entre otros”, asevera Maggi. Por ello, este año Corfo decidió incluir al sector entre sus programas y lanzará a fines de 2014 el programa estratégico de industrias creativas “Chile Creativo”, que apoyará a empresas e iniciativas público-privadas que desarrollen emprendimientos creativos sustentables. La iniciativa contempla impulsos a siete subsectores específicos: audiovisual, editorial -la que más genera ingresos al sector-, música, artes escénicas, videojuegos, diseño y artesanía.
A esto, se suman programas especiales en ocho regiones o núcleos urbanos (Iquique-Alto Hospicio, Antofagasta, La Serena- Coquimbo, entre otros) donde se están realizando diagnósticos para decidir dónde focalizar los esfuerzos relativos a la economía creativa. Maggi explica que se entregarán hasta $25 millones para proyectos de alto crecimiento, se crearán espacios de emprendimiento, nodos de vinculación y formación de redes y barrios comerciales.
Si el apoyo de la entidad pública ha involucrado recursos por $ 7.958 millones entre 2001 y 2013 para 714 proyectos (para cine, TV y distribución), desde ahora, por concepto de apoyo estratégico, proyectan destinar para animación, gestión y difusión, cerca de $ 1.500 millones por año y se apalancarán recursos por, al menos, $ 5.000 millones de Corfo, Sercotec o fondos regionales.
Programa nacional
Las universidades y el CNCA también están impulsado las industrias creativas. Desde 2010 que las casas de estudios las están incorporando en los departamentos o vicerrectorías de Investigación o Transferencia, destinando fondos especiales para el sector creativo y cultural, como el caso de las universidades de Chile o Católica. Esta última, creó la Dirección de Artes y Cultura para fomentar en los académicos la creación artística y la investigación en las disciplinas vinculadas a la cultura.
Miryam Singer, directora de Artes y Cultura de la casa de estudios, explica que tienen varios fondos de apoyo, como uno dirigido a académicos, que, a la fecha, ha financiado 24 proyectos por año para papers, libros, exhibiciones, conciertos, producciones teatrales, etc. “Queremos irradiar este apoyo a toda la universidad y esperamos que, en pocos años más, la creación e investigación en las artes se convierta en el área de desarrollo más importante de la UC”, indica.
Otro ejemplo es la Universidad del Pacifico que, a través del Centro de Competitividad, y con apoyo del Gobierno Regional Metropolitano de Santiago, ejecutan un programa junto a 12 asociaciones gremiales (compuestas por 300 firmas) como la Asociación de Directores y Guionistas de Chile, Chile Diseño, Asociación de Fotógrafos Publicitarios, entre otras, para desarrollar empresas creativas en la región, con fuerte énfasis en la colaboración y asociatividad. Patricio Ovalle explica que buscan dinamizar la ejecución de proyectos de innovación, por medio de capacitación, talleres, viajes, entre otras actividades.
“La asociatividad posee una importancia estratégica para las empresas cuando se reconoce como trabajo conjunto y coordinado. Es uno de los mecanismos más efectivos en los que las micro y pequeñas empresas pueden lograr mejor su representatividad, para interceder en el ambiente público-privado, aumentando así su poder de negociación, las probabilidades de alcanzar otros mercados o generando economías de escalas, por ejemplo”, explica.
Como primer resultado, comenta que algunos gremios ya se han adjudicado los primeros fondos para innovación de organismos públicos, permitiendo la realización del Salón de la Fotografía, la edición de un set de películas chilenas, y la asistencia a ferias nacionales e internacionales, “para difundir y comercializar sus productos y servicios”, dice.
El mismo impacto quiere lograr con el proyecto Trama, una iniciativa en que participa la Unión Europea, la Corporación Cultural Matucana 100, Balmaceda Arte Joven, Santiago Innova, entre otros. Se incubarán 60 emprendimientos artísticos culturales de las regiones del Maule, Valparaíso, Antofagasta y Metropolitana, los cuales recibirán entrenamiento personalizado para formular un plan de negocios y logren proyección en el tiempo. En la convocatoria se recibieron 293 postulaciones, de los cuales se escogerán 30. Se espera en el largo plazo contar con, al menos, 24 proyectos funcionado.
Bruno Bettati, asesor de la ministra de Cultura, explica que en 2015 se ejecutará el Plan Nacional de Fomento a la Economía Creativa. La nueva instancia estará en manos del recién creado Comité de Ministros para el Fomento de la Economía Creativa Chilena, en el que participan los ministerios de Cultura, Economía, Relaciones Exteriores, Desarrollo Social, Trabajo y Agricultura.
“Queremos lograr un compromiso político-estratégico y de acción concreto, a fin de generar un entorno favorable para la industria creativa nacional. Lograr la descentralización será clave, ya que el 80% de la producción de bienes y servicios creativos-culturales se concentra en la Región Metropolitana”, comenta.
Leonardo Ordóñez, coordinador interministerial del comité que, además de fijar las políticas públicas y ser el paraguas que aglutine todos los esfuerzos del gobierno, contará con fondos estratégicos para su desarrollo.