Empresas y Startups

“La empresa social es una manera de entregar herramientas a quienes lo necesitan”

Juan Francisco Lecaros, fundador de Simón de Cirene, hace un llamado a las autoridades a simplificar los procesos para la creación de empresas sociales, pues la expansión del rubro es primordial para el desarrollo del país.

Por: | Publicado: Lunes 14 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Juan Pablo Castillo


“La empresa social es la mezcla perfecta entre el mercado y las necesidades sociales de nuestro entorno”. Así define Juan Francisco Lecaros el rubro que lo apasiona y que lo llevó a fundar Simón de Cirene. 
Para este ingeniero comercial “el mundo empresarial es muy atractivo y exitoso”, por lo que se propuso entregar tal energía a “todos quienes lo requieran”. 
De este modo, Simón de Cirene fue concebida como una empresa social que se encarga de profesionalizar la gestión de organizaciones sin fines de lucro, micro y pequeñas empresas a través de diversas capacitaciones, “como una manera de entregar herramientas a quienes lo necesitan”.



Partida


Durante años, Lecaros tuvo la inquietud de entregar su energía al mundo social, por lo que se dedicó a conocer la experiencia de aquellos que ya habían emprendido en esa dirección. Su mayor consejero fue Benito Baranda -director Nacional Social del Hogar de Cristo- que le mostró un modelo de vida que le pareció muy interesante de explorar.

Así, y con la energía que lo caracteriza convenció a un grupo de amigos para invertir en esta idea-social, cuyo proceso inicial fue “engorroso y lento”, explica.

Al poco andar comenzaron a llegar las donaciones que “fueron fundamentales” para la partida de Simón de Cirene, pero que hoy ya no son parte del capital con el cual funciona la empresa. De hecho, actualmente Lecaros busca financiar su ONG -como también la llama- mediante contratos, porque “a pesar de que es más difícil y lento, proporciona estabilidad en el tiempo”.

A lo que se suma otra “innovación” que es la modalidad que ha adoptado Simón de Cirene, de contratar sólo a mujeres profesionales y con turnos de media jornada, pues de esta manera se asegura un buen clima laboral. “Ellas son las encargadas de entregar asesoramiento, capacitación y ayuda a las PYME y Micro PYME, pero también a agrupaciones como -por ejemplo- la industria salmonera”. 



Objetivo social


Simón de Cirene hoy está llegando a unas 2 mil personas aproximadamente, pero tal como confidencia su presidente: “Se está trabajando en diversos proyectos que nos permitirán triplicar esta cifra”.

Es que buscan entregar un aporte a Chile e inyectar potencia donde más se necesita: en la pequeña y micro empresa. 
“Lo que siempre nos ha preocupado (en Simón de Cirene) es calar hondo y tener resultados, porque hacer capacitaciones fáciles no cuesta nada, lo que cuesta es provocar cambios en la gente”, asevera Lecaros.

Es por esta razón, que este emprendedor hace un llamado a las autoridades a simplificar los procesos de consolidación de una empresa social, pues “se habla de que el Ministerio de Economía quiere reducir los tiempos y costos para crear una firma comercial reduciéndolo a días, pero en el mundo social estamos hablando de meses”.

Si bien, añade, la fiscalización debe ser rigurosa se debe entender que la necesidad de expandir este rubro es primordial para el desarrollo del país.



Clientes peculiares


Lecaros ríe cuando le preguntan por sus clientes, ya que no sabe muy bien cómo definirlos. Entiende que el servicio que les entrega es muy importante, no sólo para su crecimiento laboral sino que para el impulso de las pequeñas empresas hacia el desarrollo, pero concluye: “Son clientes que nunca más nos van a contratar, que no pagan directamente por su capacitación y que tampoco sienten la necesidad de hacerlo; aún así debemos entregarle el mejor servicio”. Ello, afirma, es lo que lo ha hecho cumplir sus sueños o como él prefiere llamarlo, “estar encaminado en eso”.



El “otro” proyecto


Pero este emprendedor no sólo se dedica a cumplir metas empresariales y colaborar con el ambiente social del país. Además, hace tres o cuatro años que está inmerso en las esculturas de gres, pues siempre le han llamado la atención el impacto que producen al aire libre. 
Hoy, ya terminó siete de las nueve piezas -de escala mayor que la humana- que conformarán una serie con figuras bíblicas y que ubicará en el mar, frente a las cavernas de Ramuntcho, en la VIII Región, a poca distancia del epicentro del terremoto del pasado 27 de febrero.

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