Una empresa pionera en el diagnóstico molecular en Chile y próximamente en Palo Alto, Estados Unidos, está creando el investigador y médico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica (UC), Hernán González, luego de haber patentando el desarrollo de un test molecular para mejorar la eficiencia de la detección del cáncer de tiroides.
Hoy, el 20% de las biopsias que se realizan en el mundo para determinar si los nódulos tiroideos son malignos, tiene un resultado indeterminado, sin embargo, en la mayoría de los casos se decide extirparlos, pese a que sólo entre el 20 % y 25% son positivos. Esto significa que el 80% de estos pacientes se operan sin necesidad. Para evitar esta situación, González ideó un sistema que permite precisar la naturaleza de dicho nódulo (con 98% de exactitud) y evitar un procedimiento quirúrgico invasivo y costoso. Su uso, potencialmente, permitiría un ahorro de US$ 6,5 millones por año al sistema salud chileno y US$ 1.600 millones al sistema en EEUU.
La iniciativa, que involucró cinco años de investigación y que se basó en la identificación de genes específicos, forma parte de los proyectos del Consorcio Tecnológico de Biomedicina, integrado por la Universidad Católica y la Corporación Farmacéutica Recalcine, cuyo foco es la investigación y desarrollo en innovación en diversas áreas de la salud humana.
La empresa GeneproDX comenzará a ofrecer el servicio de análisis en Chile y Sudamérica de manera centralizada en el país a mediados de 2014, y en dos años más, sacarán una versión en “kit” que permitirá que cada laboratorio o recinto hospitalario realice su propio análisis.
“No sabía cómo llevarlo al mercado, pero tras un viaje a Silicon Valley en 2012 del Progranma Go to Market de Corfo, nos entrenamos en la propuesta de valor y estrategias de comercialización. Así, pude comprender el ecosistema del diagnóstico molecular”, sostiene González. De hecho, ahí se enteraron que tienen competencia. Existe un sistema de análisis similar pero con menor nivel de seguridad, que se comercializa a US$ 3.600, versus el suyo, que oscilaría entre los US$ 1.000 a US$ 1.500.
Expansión
En dos años más contemplan abrir oficina en Palo Alto, San Francisco, porque “es uno de los lugares donde hay más empresas y startups de diagnóstico molecular. Queremos tener un nexo fuerte para darnos visibilidad para cuando queramos levantar recursos para la etapa de comercialización internacional”, señala. Justamente, para iniciar su operación, necesitarán levantar un mínimo de US$ 1,5 millón y en 2014, contemplan hacer una nueva ronda por hasta US$ 5 millones.
La meta es transformarse en un centro integral de diagnóstico molecular y expandir el desarrollo de test a cáncer de pulmón y próstata. Un mercado, que se estima, moverá US$ 44 mil millones a 2016. “Toda la medicina tiende a ser personalizada y los test forman parte central de las prácticas porque permiten saber con mayor exactitud lo que tiene una persona y también cómo respondería a un tratamiento”, explica.