El emprendedor que hizo de su afición al té su primera empresa
Detectar oportunidades de negocio en medio de crisis y atreverse a tomar riesgos son las características de Francisco Mandiola, el dueño de TPuro.
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Natalia Godoy
Francisco Mandiola se encontraba recorriendo los museos de Francia cuando se le antojó tomar un té. No tenía ninguna intención de detenerse y sentarse a “tomar té con galletas, en tacitas de porcelana fina”. Mientras caminaba por la capital de las luces, sin saciar su sed de té, sintió que era el momento de concretar una idea que se le había ocurrido cuando estudiaba economía en Washington, donde veía cómo el negocio de los cafés envueltos en plásticos de Sturbucks maravillaba cada día más a los cosmopolitas norteamericanos.
Por aquellos días en París, Francisco Mandiola se encontraba sin trabajo tras haber dejado el cargo de gerente general de DirecTV, que ocupó durante ocho años. En medio de la crisis económica internacional –recuerda- “no habían muchos puestos de trabajo dando vuelta, así que entre seguir buscando pega en empresas, mejor decidí crear una propia”. Así aprovechó la crisis económica a su favor y tuvo que esperar un año más para que la “democratización” del té llegara Santiago con TPuro, una empresa que pretende conquistar el mercado de las teterías en Chile, poniendo a disposición de los amantes del té una alternativa cercana para experimentar sabores provenientes del otro lado del mundo.
Tomar riesgos
Tomar la decisión de crear una empresa –dice Francisco– es “tomar riesgos”, asumiendo los costos y los beneficios. Su mentalidad emprendedora la atribuye a los años que vivió en Estados Unidos e Inglaterra, “donde hay nuevas ideas que se transforman en negocio más fácilmente que en Chile” y “personas más dispuestas a ser inversionistas”. En su caso, obtener el capital inicial de $ 45 millones fue gracias a que tres amigos aceptaron ser inversionistas y otro a ser su socio, después de haber investigado las probabilidades de éxito de la propuesta y concluir que éstas eran altas.
Y es que, hasta el momento, el único pero que ha tenido el desarrollo del negocio ha sido la ubicación en Av. Vitacura. “Cuando comenzamos la gente se estacionaba en la vereda, pero ahora no es posible por restricciones en la comuna”. Por ello se encuentra buscando nuevas locaciones que mantengan la esencia del actual y que permitan masificar los productos. “Estar cerca de los estacionamientos más caros de Santiago nos ha jugado en contra, no podemos seguir acá, tenemos que escuchar a nuestros clientes”, comenta.
A la fecha, la Clínica Alemana y el aeropuerto de Santiago han manifestado su interés por contar con Tpuro dentro de sus staff de locales. Asimismo, está evaluando junto a los inversionistas espacios en Providencia y Santiago Centro, respondiendo a los seguidores de facebook y twitter, que consultan por una segunda o tercera tetería en lugares más concurridos.
Francisco´s Own Chai
Canela, cardamomo verde, clavo de olor, jengibre, cáscara de naranja, vainilla, pimienta negra y blanca son todas las especias que dan origen a Francisco´s Own Chai, un producto que nació a base de catas entre un té teaster y el fanático de su negocio, Francisco, que además de beberlo en el local de Vitacura se comercializa a través de envases de 145 gramos en Emporium Líder de La Dehesa, en “El Almacén de mi Hermana” en Zapallar, en “Verónica Blackbur” en Maitencillo, y en lugares más alejados como Valdivia y Punta Arenas; donde también se encuentran otras siete variedades de chai. “Puedes tomarte un té para beberlo sentado acá todo el tiempo que quieras o pedir uno para llevar preparado; también comprar chai de Rooibos, té sudafricano, para prepararlo en tu casa y tomarlo cuando quieras”.
Mandiola busca desarrollar otras unidades de negocios que hagan de TPuro algo más estratégico, que un local enfocado a un producto específico, siendo parte de sus proyecciones “desarrollar la marca para ser los distribuidores de Rooibos (planta de origen sudafricano que sirve para hacer infusiones) para Latinoamérica y luego seguir con las franquicias”. De hecho, cuenta que hace poco un turista que ingresó al local, quedó sorprendido con el lugar, se acercó a Francisco y hablaron de negocios. “Nos intercambiamos los e-mails, quedamos de escribirnos en marzo, porque según este norteamericanos TPuro tiene que estar en Nueva York”. Hoy este visionario del té, que además trabaja en Casa de Moneda desde octubre, siente que a pesar de no haber gastado nada en publicidad, TPuro se ha posicionado muy bien entre los consumidores y los valores que éstos perciben de la marca, por lo que a nivel de franquicias “el negocio debiera funcionar muy bien”.