Es uno de los pocos edificios estilo francés que quedan en Santiago; en pleno barrio El Golf. El llamativo inmueble se emplaza en un terreno de casi seis mil metros cuadrados en la calle Don Carlos, entre Augusto Leguía y La Pastora. Por su estratégica ubicación, desde hace décadas figura como uno de los terrenos más apetecidos por las inmobiliarias.
De hecho, ya en diciembre del año pasado una empresa presentó una nueva oferta. Varios copropietarios están dispuestos a vender, siempre que se supere el piso de 200 UF por metro cuadrado, lo que valoriza el terreno en al menos unos US$ 50 millones.
En 2013, durante la administración de Francisco de la Maza, la Municipalidad de Las Condes adquirió uno de los 32 viviendas del complejo y ya anunció: "No estamos dispuestos a vender". Esto podría poner en jaque cualquier plan inmobiliario de comprar, botar el edificio y levantar un complejo de oficinas.
Pero el municipio no es el único. Hay una serie de conocidos empresarios que son propietarios de varios departamentos que tampoco tienen intención de vender, todo con el objetivo de conservar el tradicional inmueble. Uno de ellos es Víctor Hugo Puchi, ex socio de la salmonera AquaChile.
Conocedores explican que hay un empresario estadounidense, que bajo un absoluto bajo perfil, ha ido adquiriendo varias propiedades: hoy tiene más de 10. Pero no hay claridad si es como inversión o para proteger el edificio.
Pese a esto, en la última asamblea de copropietarios del edificio se aprobó la conformación de un comité, presidido por Rodrigo Del Pedregal Villarroel, el que estará encargado de recibir las ofertas de los interesados por el terreno. Pero también se les encomendó cuantificar el costo de mejorar la fachada del inmueble, que evidencia importantes deterioros por su antiguedad: fue inaugurado en 1940.
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Conocedores del proceso estiman que el costo de arreglar parcialmente el edificio, solo mejorando estucos y cornisas, podría superar el medio millón de dólares.
Dado esto, un grupo importante de copropietarios estaría más inclinado a vender.
Se espera que durante marzo se presenten entre dos y tres ofertas más, tras lo cual la asamblea de copropietarios se volvería a reunir para analizar los pasos a seguir: vender o arreglar el oficio son las opciones.
Hace 20 años, en el primer periodo como alcalde de Jaquín Lavín, el municipio ofreció comprar todos los departamentos para instalar ahí su edificio consistorial. Hubo cartas de oferta de por medio, que consideraban 100 UF por metro cuadrado, pero finalmente se decidió levantar un edificio municipal en Apoquindo.
Nuevo boom en la zona
Hasta ahora no se conoce el nombre de la inmobiliaria que ha puesto la oferta sobre la mesa para adquirir el edificio de Don Carlos, así como el resto de las interesadas, pero entre las que han estado más encima de este terreno se menciona a FFV, ligada al empresario Eduardo Fernández León, que es muy activa en esta zona de Santiago.
El sector ha evidenciado un nuevo boom para el desarrollo de oficinas, pese a los altos valores que hoy se manejan en la zona.
Hace unos meses, el empresario Claudio Fischer (también ex socio de AquaChile), adquirió un codiciado terreno en la Av. Isidora Goyenechea con La Pastora, a metros del edificio de estilo francés. El empresario era dueño de un tercio de la propiedad que totaliza 1.453 metros cuadrados, y le compró el resto a Patagonland en 206 UF el metro cuadrado. Levantará un edificio de oficinas de lujo, para lo cual contactó al reconocido arquitecto y empresario Abraham Senerman como desarrollador.
Este semana, se supo que los dueños del Palacio Danubio Azul planean levantar un edificio de viviendas y oficinas en el terreno donde se ubica este tradicional restaurante de Santiago y otras dos casas que también son de su propiedad, en la esquina de las calles Reyes Lavalle y La Pastora, detrás del teatro municipal de Las Condes y frente al hotel Ritz.
El plan de la familia Vanni es desarrollar ellos mismos un proyecto en el terreno, que entre los tres inmuebles suma una superficie casi 2.400 metros cuadrados.
Para llevar adelante la iniciativa, los dueños del Danubio Azul contrataron a la empresa inmobiliaria Regenera, ligada a Sergio Montes y José Miguel Irarrázaval, quienes a su vez representan a un grupo de inversionistas que podrían sumarse al proyecto.