El presidente de Iberia, Fernando Conte, considera que la
prioridad debe ser acelerar primero la consolidación en el mercado europeo,
porque una fusión entre aerolíneas de distintos continentes es demasiado
compleja.
A medida que pasan las horas la sorpresa en Iberia va
dejando paso al enfado tras revelar British Airways que mantiene contactos con
Qantas para su fusión, en paralelo a las conversaciones con la empresa
española.
En el seno de Iberia cayó especialmente mal que la
compañía británica no hubiera comunicado con antelación ni al consejo de
administración ni a sus directivos los contactos con la aerolínea australiana,
que se iniciaron en agosto, unas semanas después de anunciar a bombo y platillo
la fusión con ella.
Willie Walsh, el director ejecutivo de British Airways,
llamó a Conte, una hora antes de anunciar al
mercado la nueva propuesta de fusión. Conte habría pedido al ejecutivo de
British que se centrara en cerrar el acuerdo en Iberia, que lleva semanas
empantanado, antes de abrir un proceso a tres bandas con un final incierto,
según fuentes cercanas a la empresa española.
El directivo español no vería con malos ojos ampliar a medio
plazo el acuerdo con un tercer socio del calibre de Qantas, pero cree que la
prioridad es Iberia. "Una fusión entre aerolíneas de distintos continentes es
muy complicada. Creo que es más razonable empezar el proceso de consolidación
[de la industria aérea] dentro de cada región: Europa, Estados Unidos o China.
El siguiente paso sería la integración entre diferentes continentes", señaló
ayer Conte, que participó en una conferencia celebrada en el Club de la
Aviación de Reino Unido.
"Creo en la consolidación global. Pero lo que ahora está al
alcance de la mano es la consolidación regional", añadió Conte. Para complicar
más las cosas, British e Iberia quieren sellar una alianza industrial con
American Airlines para los vuelos entre Estados Unidos y Europa.
British Airways sostiene que las operaciones son
complementarias y que es factibles negociarlas en paralelo.