Royal Bank of Scotland anunció hoy que
recortará este año en más de un 90% los bonos que pagará
en efectivo a su personal.
El banco, que pertenece casi en un 70% a los
contribuyentes tras su nacionalización por el Gobierno, pagará unos
175 millones de libras (unos US$252 millones) por ese
concepto.
La entidad británica precisó que con esta medida pretende evitar
que se recompense al personal por el "fracaso" del grupo en el 2008,
motivo por el cual no abonará tampoco ninguna paga extraordinaria
con cargo al pasado ejercicio.
El presidente de RBS, Philip Hampton, subrayó la necesidad de
esta revisión del sistema de recompensas para que éste refleje "la
realidad en la que se encuentra el banco".
"Nuestro objetivo principal es devolverle la salud al
banco tan pronto como nos sea posible", añadió.
El anuncio se produce poco después de que el ministro británico
de Economía, Alistair Darling, apuntase que la entidad estaba
recortando hasta el "mínimo legal" los bonos que paga a sus
empleados para adecuarlo a las necesidades del banco a largo plazo.
La reducción de las primas supone, en opinión de Darling, el
inicio de un "cambio cultural" en el modelo de retribuciones del
sistema financiero británico.
Asimismo, el titular del Exchequer adelantó que en el futuro los
bancos rescatados por el Gobierno abonarán las retribuciones en
capital y no en efectivo.
EL RBS repartió cerca de 2.500 millones de libras (US$3.614 millones) entre sus empleados de todo el mundo en 2008, un ejercicio
en el que la entidad estima haber anotado unas pérdidas de 28.000
millones de libras (US$40.486 millones), la mayor cifra
registrada en la historia del sistema financiero del Reino Unido.
Además de recortar las primas, el banco señaló también que
congelará los salarios de sus empleados más antiguos o "senior", de
los trabajadores de las filiales estadounidenses, y de la división
de banca de inversión, la responsable de la mayor parte de las
pérdidas registradas el pasado ejercicio.
Este anuncio se produce una semana después de que el presidente ejecutivo del RBS, Stephen Hester, defendiera el sistema de primas
del banco ante el Comité del Tesoro de la Cámara de los Comunes al
asegurar que era "necesario para retener a sus mejores empleados".
El Gobierno británico se ha tenido que enfrentar en las últimas
semanas a la creciente indignación de diversos sectores de la
sociedad y la política, que criticaban que los directivos de los
bancos rescatados con el dinero de los contribuyentes -y culpables,
para muchos, de la actual crisis- recibieran primas millonarias.