Tras el terremoto y tsunami ocurrido el pasado mes de febrero, Fitch estima que la industria de los seguros generales en nuestro país "estaría en condiciones de absorber en términos agregados los siniestros en que se incurrirá sin generar una presión de riesgo adicional en su solvencia, aún cuando es muy probable que se generen efectos colaterales negativos puntuales en rentabilidad y apalancamiento durante el 2010".
En ese sentido y sobre la base de información levantada del subgrupo de entidades de seguros generales clasificadas por Fitch en el país (15 de 25 compañías - equivalentes al 56,5% del primaje), "el impacto en costos de siniestros netos ascendería a unos US$ 9 millones (2,2% del patrimonio del subgrupo), a lo que se adicionarían los costos de reinstalación de contratos que podría aumentar el efecto en última línea hasta un 6% del patrimonio".
La agencia agrega que "si bien, las exposiciones patrimoniales a siniestros en dichas compañías mantiene un grado de homogeneidad respecto de la media, existen desviaciones relevantes en algunas de ellas".
Fitch sostiene en sus informe que "la presente catástrofe sin duda se convertirá, en términos monetarios, en el evento catastrófico más costoso en la historia del país y el seguro local", donde las estimaciones de que el compromiso de seguros en términos de siniestros brutos alcanzaría un rango de entre US$ 4 mil millones y US$ 8 mil millones coincide con sus cálculos , aunque, advierte "la opinión de Fitch se acercaría más a la cota superior".
Dichos montos estimados superan el stock de reservas y patrimonio que acumula la industria (USD 1,9 mil millones a dic-09), sin embargo Fitch estima que el grueso de los costos asociados a la reciente catástrofe serán asumidos por entidades reaseguradoras, sobre los cuales la agencia estima que existe una adecuada capacidad e pago de obligaciones, destacando la solvencia de los reaseguradores involucrados.