Colaboración entre actores, el desafío de la Innovación Abierta
En la ocasión, Diario Financiero presentó su proyecto editorial DFLab, que busca relevar la innovación y el emprendimiento como temas claves para el desarrollo.
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Innovar es un proceso colaborativo y hay que avanzar en ello. Esa fue la principal conclusión del Conversatorio de Innovación Abierta, organizado por DFLAB y el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, instancia en que diversos actores del ecosistema local, abordaron los desafíos clave para profundizar en esta materia a nivel país.
Durante el evento, se lanzó DFLab, de Diario Financiero, proyecto editorial que busca posicionar la innovación y el emprendimiento en el debate nacional.
En este marco, se abordaron temáticas en relación a los procesos de innovación abierta en las empresas, el rol los emprendedores y cómo este modelo colaborativo se torna clave para enfrentar los desafíos que impone la sostenibilidad.
El director del Centro de Innovación UC, Conrad von Igel, valoró la iniciativa como un espacio para iniciar diálogos y generar confianzas entre los actores para abordar desafíos futuros.
“En estas instancias empezamos a desarrollar un lenguaje común y la capacidad de elaborar hojas de ruta y proyectos de largo plazo en los cuales podemos resolver desafíos país y de sectores industriales que nos permitirán transformar la economía en el mediano y largo plazo”, comentó.
Por otro lado, el experto en innovación y colaborador del MIT, Carlos Osorio, realizó un diagnóstico de la realidad nacional en este ámbito. El académico afirmó que si bien en Chile es conocida la necesidad de incluir la innovación abierta en las empresas, aún no es una práctica que se concrete con facilidad. Esto, porque falta mayor confianza y diálogo entre las empresas y los emprendedores.
El experto indicó que las compañías no están dispuestas a correr los riesgos que implica incluir nuevas ideas y personas en sus proyectos.
“Del total de empresas que en Chile hacen innovación, sólo el 2% coopera con otros y una de las razones para estar hablando de innovación abierta hoy es que como país tenemos un problema cultural: no colaboramos”, subrayó Osorio.
También afirmó que los retos por afrontar se relacionan con dos aspectos: el grado de apertura de los actores del ecosistema para trabajar en conjunto; y para las empresas, mantener el interés en el tiempo de quienes estén trabajando en sus equipos de innovación abierta.
Mayor diálogo y apertura a nuevas ideas, el reto de las empresas que hacen innovación abierta
En el primer panel del conversatorio, moderado por Patricio Feres, gerente de Innovación de Corfo, representantes de Sofofa, Aguas Andinas, Arauco y Cargill Innovation Center compartieron sus experiencias tras haber incorporado procesos de innovación al interior de las organizaciones.
En exte contexto, Álvaro Acevedo, gerente de Innovación y Emprendimiento de Sofofa, afirmó que la innovación sí está siendo un tema de debate al inerior de las empresas, no obstante, desde su visión, falta mayor diálogo entre ellas y los emprendedores para generar innovación abierta.
Agregó que para avanzar en las confianzas, los innovadores externos deben entregar mayor información y datos de sus proyectos y posibles resultados a las compañías, a fin de disminuir el miedo de estas últimas al riesgo.
Por su parte, Víctor Salazar, gerente de Innovación y Desarrollo Corporativo de Aguas Andinas, comentó que para implementar procesos de innovación al interior de la compañía se plantearon una interrogante clave: ¿cómo es posible conducir a la empresa hacia una del futuro? Luego, dijo, se cuestionaron el modelo de negocio, generando diálogo y abriéndose a nuevas ideas, tanto internas como externas. Indicó que si bien este camino no ha sido fácil, por los cambios que involucra, saben de los beneficios que implica.
"Somos conscientes que estar en la zona segura no propicia la innovación, también sabemos que si nos mantenemos allí, probablemente estaremos condenados al fracaso, quizá no ahora, pero sí dentro de diez años", expresó.
Por otro lado, Francisco Lozano, gerente de Innovación de Arauco, detalló que la compañía comenzó a incursionar en este ámbito en 2009, para lo cual incorporaron pilares innovadores en su gestión. Estos lineamientos se relacionan con generar un impacto económico, social y cultural, para lo cual trabajan en un programa interno que aborde estas materias.
"Para avanzar en un modelo de innovación hay que desarrollar una cultura propia en torno al tema. Las innovaciones se mueven en un ambiente de alta incertidumbe y los equipos que trabajan en el área deben tener una cultura para saber tomar decisiones en un ambiente que es diferente al de los negocios tradicionales", dijo.
Expresó que otro de los factores que les ha ayudado a impulsar un modelo abierto, fue la apertura de la compañía a recibir nuevas ideas. Por ejemplo, destacó que contar con un espacio fijo en el Centro de Innovación UC ha sido trascendental para interactuar con los emprendedores y hacer innovación en una zona común.
Emprendedores comienzan a abrirse a las grandes empresas
Otro de los temas abordados fue la confianza desde la la mirada de las startups hacias las grandes empresas, un factor clave al momento de colaborar.
En este contexto, Alejandro Montero, socio fundador de Hielo Sur, compartió su experiencia con Masisa Lab, la plataforma de innovación abierta de la forestal, donde incubó Olsen, su proyecto de muebles modulares.
"Inicialmente hubo mucha desconfianza, pues los emprendedores tendemos a pensar que te pueden robar las ideas", afirma, una situación que no es gratuita, pues "las grandes corporaciones se hicieron mala fama, hicieron mal las cosas, y es importante ir cambiando este imaginario".
En su caso y tras la experiencia, revela que se dio cuenta que "en una empresa grande, como Masisa, hay gente capacitada que te puede ayudar a formar modelos de negocio, más escalables y potentes", señala.
Montero añade que desde la perspectiva de una compañía esto es un win-win, ya que se abren a la oportunidad de generar productos con valor agregado e innovadores.
Por su parte, Juan Pablo Larenas, co fundador y director ejecutivo de Sistema B, planteó que la aspiración, desde esta organización, es que las Empresas B sean colaborativas. Señaló que si bien no se les puede exigir que de un día para otro compartan sus prácticas y modelos de negocio, esto se potenciará en el futuro, ya que estas empresas están al servicio de la solución de los principales problemas sociales y ambientales, algo que una firma no puede lograr por sí sola.
"Para que las startups y los procesos de innovación abierta sean exitosos, no basta con generar una relación entre los emprendedores, necesitamos trabajar con otros, con la CPC (Confederación de Producción y Comercio), el Centro de Innovación UC y otros que nos necesitan, tanto como nosotros a ellos. Es importante entender que un buen proceso de innovación abierta tiene que involucrar a diferentes actores", señaló Larenas.
En tanto, Tadashi Takaoka, gerente (s) de Emprendimiento de Corfo, planteó que la complejidad de la innovación abierta para las empresas, y particularmente para los gerentes generales, se produce porque es difícil apostar por estos negocios pues son procesos de largo plazo y tienen mucho error.
"Cuando el gobierno decide, durante los últimos 10 años, invertir en innovación abierta es justamente para subsidiar este riesgo que no estaban corriendo los gerentes. Sabemos que para las empresas es complejo, porque invierten en lo que no entienden", advierte.
Por ello Takaoka plantea que para ir creando una relación de confianza entre empresas y startups "es importante ir abriendo estos espacios donde el emprendedor conozca al gerente, más que a la compañía, y entender cuál es la relación que puedes llevar con esta persona. Cuando el emprendedor ve que lo están tomando en serio, todo funciona mucho mejor", afirma.
Sostenibilidad: innovar con las comunidades
En el ámbito de la sostenibilidad, uno de los focos es la relación con las comunidades y la generación de confianzas.
Matías Bernales, gerente de Sostenibilidad Corporativa de Engie, señaló que buscan que sus operaciones en Tocopilla sean sostenibles en el tiempo con las "3D": Descentralización, Digitalización y Descarbonización. Por ello, desde mediados de 2016, están buscando soluciones a nivel interno, pero también se han abierto a las propuestas de la comunidad, con miras a transformar a Tocopilla en una ciudad que entregue servicios para la minería.
"La ventaja de la innovación abierta es que permite incorporar a otros actores en tus procesos, los que a veces no están dentro de tu compañía, pero que pueden jugar un rol importante en el éxito de algún proyecto", comenta Bernales.
Al respecto, Juan Andrés Camus, CEO de la startup Valhalla, expresó que la clave está en ver cómo un proyecto se acerca a la comunidad sin descuidar el ámbito financiero y medioambiental.
"Hay una crítica en la forma en que se habían hecho las cosas. La implementación de muchos proyectos en el país ha sido desafortunada, por ello, es importante que los tomadores de decisión estén cerca de donde pasan las cosas, para que puedan enfrentar los posibles problemas sin intermediarios", advierte.
En tanto, Jeannette von Wolffersdorff, directora ejecutiva del OGF, advirtió que las firmas deben velar por políticas que no sólo las beneficien internamente, sino también a la comunidad. "No puede haber empresas sustentables en un país que no lo es. Hay que innovar en el rol de las compañías con la sustentabilidad del país", sostiene.
El reto de la confianza
Por su parte, Ángela Oblasser, subgerente de Sustentabilidad de Fundación Chile (FCh), compartió la experiencia de las plataformas de innovación abierta de FCh. Se trata de iniciativas que buscan responder a desafíos de ciertas industrias en el país. Entre las cuatro en curso, hay una orientada al monitoreo en línea de relaves y otra para la minería.
"El objetivo es trabajar en conjunto para resolver los desafíos del sector y crear soluciones que sean validadas por todos los actores que entreguen confianza", sostiene.
La experta destaca que en el ámbito de los relaves, las empresas son conscientes de la problemática que significan. Advierte que si bien los desafíos tecnológicos que implica el monitoreo de estas infraestructuras pueden ser resueltos fácilmente, las soluciones no tienen ninguna validez si no cuentan con el respaldo de todos los involucrados.
"Hoy, está en juego la confianza entre las diferentes partes (empresas y comunidad). Los tranques son instalaciones que generan miedo y preocupación. Para combatirlo, las comunidades requieren información objetiva y transparente del estado del tranque que está a pocos metros de su territorio. Para crear esa confianza y generar soluciones tienes que hacerlo junto a todos los actores", concluye Oblasser.