El Gobierno estadounidense podría obligar a declararse en
quiebra a los fabricantes de automóviles General Motors (GM) y Chrysler, con la
intención de asegurarse la prioridad en la devolución de US$ 17.400 millones prestados
a las dos firmas.
Así lo recoge la agencia de noticias Bloomberg, que señala que en esta
acción el interés del Estado sería asegurarse la prioridad en el pago de su
deuda antes de recurrir a tal extremo. Ambas compañías también adeudan
importantes cantidades de dinero a entidades bancarias como Citigroup, JPMorgan
y Goldman Sachs y la administración teme que la devolución de las ayudas
concedidas, procedentes del dinero de todos los contribuyentes, puedan
retrasarse.
En este sentido, funcionarios federales se encuentran en negociaciones con
las dos firmas automovilísticas de Detroit para asegurarse esa preferencia en
la devolución de los créditos. De no ser así, la actitud del Estado parece
clara: obligar tanto a General Motors como a Chrysler a que acudan a la
protección por Bancarrota si quiere recibir más dinero público.
Sin embargo, las automovilísticas no están nada conformes ante esta
posibilidad ya que aseguran que tal acción les llevaría a la destrucción, pero
sería la única forma en la que el Gobierno lograría asegurarse la prioridad
sobre otras entidades financieras a la hora de la devolución de los créditos
concedidos.
Interés en activos de Delphi
Por otra parte, General Motors negocia la compra de algunos de los activos de
su ex filial dedicada a la fabricación de piezas, Delphi, debido a una de las
condiciones impuestas por el gobierno para recibir las ayudas.
Según The Wall Street Journal, Delphi habría solicitado al
gigante un monto de US$ 2.000 millones por cinco de sus plantas que
producirían en exclusiva para General Motors. Sin embargo, la firma que preside
Rick Wagoner sólo quiere desembolsar una mínima cantidad e incluso nada por
estos activos, en base a los acuerdos alcanzados entre ambas compañías.
Bob Lutz deja el consejo de administración
General Motors también ha anunciado hoy la salida de Bob Lutz,
vicepresidente del consejo de administración de la compañía y brazo derecho del
presidente Rick Wagoner. Según ha informado el fabricante de autos, Lutz dejará
el cargo el próximo 1 de abril y se retirará definitivamente de la compañía a
finales de año.
Por otro lado, GM también ha anunciado que reestructurará su grupo global de
eje motriz "para integrar sus actividades funcionales". Wagoner ha
sido el encargado de informar hoy sobre la marcha de Lutz, que será sistuituído
en el cargo por Thomas G. Stephens, actual vicepresidente ejecutivo de Ejes
Motor y Calidad Global.
Wagoner, quien ha resistido numerosas presiones para dejar su cargo desde
que en el 2005 se agravó la crisis del fabricante de automóviles, elogió a Lutz
(de 76 años de edad) a través de un comunicado. "Bob Lutz ya era un tipo
legendario en el sector del automóvil cuando se reincorporó a GM en el 2001 y
ha aumentado su imagen al liderar la creación en GM de una serie de grandes
vehículos durante su etapa aquí", apunta Wagoner.
"Sus 46 años de experiencia en el sector automotriz global han sido
inestimables para nosotros. Yo personalmente he aprendido mucho de Bob y ha
disfrutado mucho el tiempo que hemos trabajado juntos", ha señalado el
presidente de GM. A partir de abril, y hasta que abandone la compañía a finales
del 2009, Lutz "proporcionará aportes estratégicos en el diseño global de
GM e iniciativas de productos claves".