La representación sindical de General
Motors (GM) Europa defenderá en la reunión del martes con la
dirección en Rüsselsheim (Alemania) la segregación de la filial
europea de la matriz estadounidense, o la reducción salarial y de
jornada a cambio de un plan que garantice el empleo en todas las
plantas.
En declaraciones a Efe, el secretario general de UGT en la planta
de GM en Figueruelas (Zaragoza, España), Pedro Bona, uno de los cinco
representantes de los trabajadores europeos que asistirá a la
reunión, ha insistido en que la principal alternativa planteada por
los sindicatos para garantizar el negocio en Europa es la
segregación de GM Europa del resto del grupo estadounidense.
En opinión de los sindicatos europeos, esta segregación
permitiría el mantenimiento de todas las plantas en el Viejo
Continente, puesto que las operaciones de GM Europa, en comparación
con el negocio estadounidense, son más competitivas en términos de
productividad, flexibilidad, cartera de producto y respuesta a la
demanda del cliente.
Bona ha explicado que la segregación no sería total, sino que la
corporación estadounidense podría mantener una participación en GM
Europa, una estructura societaria que permitiría la utilización
conjunta de tecnología, mientras que las decisiones sobre
inversiones y nuevos modelos se tomarían en Europa.
Según una comunicación hecha pública esta semana por el Foro
Europeo de Empleados de la compañía, la segregación es la "única
opción razonable y posible" para garantizar el negocio en Europa, y
evitar el cierre de plantas y "posibles despidos masivos".
El presidente de GM, Rick Wagoner, presentó el pasado martes ante
el Departamento del Tesoro de Estados Unidos un plan de viabilidad
en el que se prevé cierres de fábricas en Estados Unidos y Europa y
la reducción de 47.000 puestos de trabajo en todo el mundo.
Además, admitió que la multinacional automovilística podría
necesitar para sobrevivir préstamos adicionales por unos US$ 16.600
millones, que se sumarían a los US$ 13.400 millones ya recibidos de la administración estadounidense.
Los representantes sindicales europeos han recibido hasta ahora
escasa información sobre cómo afectará esta medida a Europa, y
esperan conocer nuevos detalles en la reunión del martes en la
ciudad alemana de Rüsselsheim, donde insistirán en la alternativa de
la segregación para que la filial europea no se vea lastrada por las
graves dificultades financieras de la matriz.
Lo único que ha concretado GM para Europa es la necesidad de
recortar costes por US$ 1.200 millones, tal y como anunció el presidente de la filial europea,
Carl-Peter Foster, quien advirtió de la necesidad de tomar
decisiones "dolorosas", lo que hace temer el posible cierre de
fábricas.
Para evitar este extremo, y facilitar la liquidez que necesita la
compañía, los sindicatos están dispuestos a negociar reducciones
salariales y de la jornada laboral, pero siempre a cambio de un plan
a medio plazo que garantice el mantenimiento del empleo.
Bona ha subrayado que "si los trabajadores tienen que hacer este
esfuerzo será a cambio de algo que merezca la pena".
El representante español en el Comité Restringido Europeo ha
acogido como una "buena noticia" que Rick Wagoner haya anunciado que
GM Europa presentará próximamente un plan de saneamiento a largo
plazo que garantice el mantenimiento de todas sus plantas, aunque ha
lamentado que todavía no se haya dado información al respecto a los
sindicatos.
Ante la posibilidad de que se produzca el cierre de fábricas,
Bona ha insistido en que la planta española, en la que se produce
el Opel Corsa, el derivado comercial Combo y el monovolumen Meriva,
está "bien posicionada" en el grupo.
De hecho, ha recordado que el nuevo Meriva llegará a Figueruelas
la próxima primavera y que GM se ha comprometido a producir el
futuro Corsa en la planta española a partir de 2012.