El grupo bancario británico Lloyds
Banking Group, parcialmente nacionalizado, despedirá a 625
trabajadores como consecuencia de la reorganización de su negocio de
banca corporativa.
Según indicó hoy el director de operaciones de esta división en
el Reino Unido, Philip Grant, el objetivo es concentrar todas las
operaciones orientadas a empresas en una sola división "capaz de
liderar el mercado".
En la confederación sindical británica Trade Union Congress (TUC)
se ha criticado con dureza este anuncio y ha calificado de
"inaceptable" la estrategia de Lloyds, que "anuncia semana tras
semana la pérdida de cientos de puestos de trabajo, dejando al resto
de la plantilla con la incertidumbre de no saber si ellos serán los
siguientes en caer".
Sin embargo, Lloyds sostiene que la reorganización de esta
división de banca mayorista podría llevar consigo la creación de 300
nuevos puestos de trabajo, lo que compensaría una parte de los
despidos efectuados.
Asimismo, ha reiterado su voluntad de que los despidos sean
voluntarios "siempre que sea posible".
Los sindicatos, por su parte, han reclamado a la entidad que
"haga públicos sus planes de futuro" y que se siente a discutir con
ellos el futuro de la fuerza laboral de la empresa.
Según los datos del TUC, la crisis financiera se ha saldado en el
Reino Unido con la pérdida de 20.000 puestos de trabajo en el sector
en los cuatro primeros meses del año, de los que 2.500 han sido en
el Lloyds Banking Group.
La entidad se enfrenta a una difícil situación económica tras
acudir el pasado ejercicio al rescate del Halifax Bank of Scotland
(HBOS), que obtuvo en 2008 unas pérdidas de 11.000 millones de
libras (unos US$16.580 millones).
Esta adquisición, calificada por los analistas de "desastrosa",
le ha obligado a pedir ayuda al Ejecutivo, con quien negocia ahora
la inclusión de activos tóxicos por valor de 260.000 millones de
libras (US$396.290 millones) bajo el paraguas del Programa de
Protección de Activos puesto en marcha por el Gobierno a principios
de año.
Asimismo, el presidente de la entidad, Victor Blank, que apoyó
esta adquisición, anunció el domingo que dejará su cargo en 2010.