Desde hace décadas Chile se embarcó en un proceso de transición desde un país en vías de desarrollo a uno desarrollado. Y aunque el mundo empresarial sigue de cerca el devenir del último año de gobierno y ha salido con fuerza a recriminar la caída del crecimiento, parece ser que la responsabilidad podría estar partiendo por casa, siendo su propia resistencia a tomar riesgos la que limitaría dar impulso a la economía.
¿Es eso posible? Una investigación de Deloitte dio una gran pista al tratar de responder qué tan valientes son las empresas chilenas. Para lograr este objetivo, la entidad encuestó a 446 líderes empresariales a lo largo de todo el país este año. ¿Conclusión? Sólo el 4% de ellas puede considerarse realmente bajo el citado calificativo, mientras el 36% puede ser considerada como temerosa.
En cuanto a las categorías intermedias de valentía que identificó el estudio, casi la mitad de las compañías se puede clasificar como indecisa (46%) y sólo un 14% está en etapa de evolución, siendo las más cercanas a dar el próximo paso a la valentía.
¿Pero qué significa la valentía en los negocios? Las investigaciones de la consultora señalan que deben conjugarse tres elementos: un objetivo moralmente digno, una acción intencional y riesgos, amenazas u obstáculos percibidos.
Dicho de otra forma, se trata de que los empresarios deban “hacer lo correcto –lo difícil- por el bien mayor, a pesar del miedo, las dudas, la incertidumbre. Es tomar una decisión cuando hacerlo es difícil, no cuando es fácil”.
Así, la valentía que en términos personales se puede leer en términos de blanco o negro, cuando se refiere a los negocios debe ser comprendida como una combinación de comportamientos y creencias personales que forman un todo.
Por esto, Deloitte diseñó un modelo de valentía que se compone de cinco elementos, los cuales apoyan la toma de decisiones y las acciones en un contexto de negocios: desafía lo establecido, toma riesgos calculados, haz lo correcto, comienza contigo mismo y une para incluir. Los tres últimos son considerados como los centrales.
La toma de riesgos calculados fue el elemento que obtuvo la menor puntuación en Chile, donde un 80% de los entrevistados consideró que el nivel de tolerancia al riesgo de su organización es medio a bajo. Mientras, al evaluar el elemento “haz lo correcto”, el 56% de los entrevistados manifiesta que sus valores y creencias personales influyen en un alto nivel en su toma de decisiones, siendo la participación más significativa en todo el estudio.
La directora de Deloitte, Eugenia Marín, explica que el hecho de que solo un 4% de las empresas chilenas sea valiente “nos indica que la estrategia de desarrollo de las empresas debe ir de la mano con cambios culturales dentro de éstas”.
“Al iniciar este proceso de evolución, es muy útil preguntarse cómo se clasificaría su empresa dentro de estos cinco elementos descritos. Entendiendo su punto de partida y sus debilidades, se puede avanzar en este camino. A medida que las compañías prioricen y fortalezcan estos elementos, el país comenzará a construir la valentía que tan desesperadamente necesita”, asegura.
La ejecutiva agrega que “la valentía en las empresas indica un nivel de sofisticación alto en los negocios”.
De hecho, recuerda que Chile se ubica en la posición 33 en el ranking de Competitividad Global 2017-2018 del Foro Económico Mundial. Pero dentro de las áreas evaluadas, el desempeño del país en sofisticación de los negocios es la segunda más baja (50).
“Este resultado es coherente con que el nivel de empresas valientes en el país sea tan bajo”, remata.
La consigna es que la valentía trae crecimiento, ya que las empresas audaces tienen mayor crecimiento de los ingresos y emplean a más personas.
Los números lo avalan: un 69% de las empresas valientes vio crecer sus ingresos en el último año, versus el 50% de las empresas temerosas. Y un cuarto de las temerosas reportó una caída de sus ingresos en el mismo período (24%). De hecho, estas empresas ostentan una probabilidad cuatro veces mayor de sufrir pérdidas que una valiente.
La brecha de la valentía
Más allá de la realidad, la percepción está reflejando otra cosa. El reporte indica que las investigaciones anteriores continuamente han mostrado que los líderes empresariales chilenos (y, en general, en el mundo) tienden a sobreestimar sus capacidades, inversiones y preparación para el cambio.
Esta vez, los resultados han sido los mismos, mientras sólo un 4% de las firmas puede ser considerada realmente valiente, algo más del 43% se considera a sí misma como valiente. Esta persistente brecha (39%) se convierte en un problema para la comunidad de negocios chilena y para la salud de la economía. ¿Por qué? No realizan inversiones, no exploran nuevas ideas y no persiguen oportunidades prometedoras, quedándose atrás.
