Hablan los expertos: Lo malo y lo bueno de reducir el número de parlamentarios
Nuevamente se tomó el debate el número de diputados y senadores que integran el Congreso, por lo que se comenzará a tramitar un proyecto que propone disminuirlos, iniciativa que el gobierno respalda.
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El 27 de abril de 2015, entre bombos y platillos, la entonces presidenta Michelle Bachelet promulgaba la reforma constitucional que daba fin al tan vapuleado sistema electoral binominal, para reemplazarlo por uno de carácter proporcional inclusivo; sin embargo, desde ese mismo día gran parte de Chile Vamos se mostró contrario al nuevo sistema, argumentando el alto costo que ello significaría para el Fisco. Ya se habían presentado una mociones en para reducir el número de parlamentarios, constatando in situ los resultados de la reforma, pero la más reciente es una de Renovación Nacional, a la que además el gobierno le introducirá indicaciones, según anunció el ministro de la Segpres Cristián Monckeberg.
Sin embargo, no hay coincidencia respecto de lo oportuno y de lo efectiva que pueda resultar esta medida, que pese a todo efecto altamente popular, como todas aquellas que le restan prerrogativas a los parlamentarios, en un contexto como el actual, en que el Congreso goza de una bajísima credibilidad y confianza de parte de la ciudadanía. Aún más, se considera que genera un alto costo al Fisco, con escasa retribución pública.
No obstante estas críticas, el cientista político de la Universidad Central, Marco Moreno, tiene la convicción de que el actual sistema proporcional corrigió las barreras de entrada que distorsionaban el principio de representación, posibilitando la llegada a la Cámara de otras fuerzas políticas (especialmente del Frente Amplio), aportando con ello mayor pluralismo y diversidad al Congreso.
Ello porque la reforma al sistema electoral, aprobada en 2015, buscaba mejorar la representación del Parlamento, recuerda, en virtud de los cambios demográficos y territoriales experimentados en el país, ya que la anterior conformación del Congreso, con 120 diputados, se calculó sobre la base de la población chilena en 1988, cuando el país rondaba los 12.700.000 millones de habitantes.
En este contexto, según Moreno, con la población actual –de alrededor de 19 millones- y "de acuerdo con una de las fórmulas para calcular el número de parlamentarios (Rein Taagepera,
1972) deberíamos tener un número mayor a los 155 que hoy conforman esa Cámara".
Por otra parte, Moreno hace hincapié en otro de los grandes objetivos del aumento de los parlamentarios, que desde el regreso a la democracia llevó a que se impulsara al menos una decena de iniciativas en tal sentido, que era terminar con el sistema binominal, que sobrerepresentaba a un sector político y que por lo mismo "amenazaba la legitimidad del sistema político".
En todo caso, Moreno admite que uno de los efectos de este fue la fragmentación del sistema político lo que, desde su punto de vista, "impone mayores desafíos para la gobernabilidad. Esta ha sido la principal dificultad de la actual administración: el déficit de capacidad de gobierno para darle gobernabilidad a su proyecto".
En cuanto al costo que implica un Congreso más abultado y que en contraste uno más pequeño resultaría más barato para el Fisco, Moreno cree que este es un debate "popular en el actual clima de crisis política".
Fragmentación
En contraste con la mirada de Moreno, el decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, ve que reducir el número de parlamentarios tiene más ventajas que problemas. Por lo pronto, plantea que "tiene como primera ventaja aumentar la compatibilidad y sobre todo reduce la fragmentación", ya que con distritos de gran tamaño aumenta la fragmentación, es decir, que resultan electos parlamentarios con menos votación, algo que quedó de manifiesto en la última elección. Aunque admite que este efecto también lo produce el sistema de listas.
Guzmán explica que la representatividad está dada por la oferta de candidatos y no por el hecho de que resulte electo uno que obtiene muy pocos votos, porque estos últimos tienen menos representatividad.
Desde el punto de vista de Guzmán la desventaja de la fragmentación que produce el alto número de parlamentarios trae consigo el efecto de que "hace más difícil los procesos de búsqueda de consenso y una sociedad con altos niveles de desconfianza como la chilena, donde no hemos llegado a acuerdos políticos de futuro, sino que estamos completamente absortos por la coyuntura, no logramos avanzar en los desafíos que vienen".
A diferencia de Moreno, Guzmán plantea que la proporcionalidad territorial se debería buscar en la Cámara Alta, a través de un sistema que se rija por la representación regional. Y descarta que al reducir el número de parlamentarios se busque volver al binominal.
No obstante, a la disminución de los costos la reducir el número de los parlamentarios, Guzmán le da una importancia secundaria.
Mientras que lo primero que plantea analista político Carlos Correa es que el proyecto, sin duda es popular, porque "conecta bien con la poca valoración que tienen los cuerpos legislativos en Chile". Sin embargo, estima que la única ventaja del proyecto es económica, aunque ya bajó sus costos con la reducción del monto de la dieta parlamentaria.
Desde el punto de vista de Correa, tiene más desventajas, "la más importante es que, a la larga, la actual cantidad de parlamentarios permite que haya una representación equilibrada de las fuerzas políticas en Chile". Ello en contrario a lo planteado por Guzmán. Incluso señala que la votación parlamentaria está muy balanceada con el resultado de las elecciones presidenciales.
En este contexto, sostiene que "cualquier modificación a la fórmula actual, a la larga, es torcer la voluntad popular", porque al número de parlamentarios no se llegó al azar, sino que se buscó para permitir la representatividad y la inclusión de fuerzas más pequeñas. Por lo que, a su juicio, "el sistema funcionó".
En cuanto a la preocupación de que con la actual fórmula hayan accedido al Congreso parlamentarios con muy baja votación, coincide con Guzmán en que eso no se debe al número congresistas, sino a la forma de votación y al sistema de subpactos, la que desde su punto de vista habría que eliminar.