Aunque el domingo, cuando el presidente Sebastián Piñera hizo el anuncio, aseguró que el proyecto de tercer retiro patrocinado por el Gobierno ingresaría ayer al Congreso, la tarea ayer demoró. Recién cerca de las 21.30 de anoche la iniciativa se envió a la sede legislativa, donde la estudiará primero la Comisión de Trabajo de la Cámara. Un retraso que permitió que el mundo político comenzara a mostrar sus cartas respecto del avance de la propuesta del Ejecutivo. ¿Certeza de aprobarla? Ninguna.
Tanto en La Moneda como en el Parlamento están conscientes de que la probabilidad de que el proyecto avance sólo depende de una decisión política. De ahí la importancia de que la propuesta del Ejecutivo aterrice en la Cámara sin flancos y la labor de socialización que realicen particularmente los ministros de Segpres, Juan José Ossa, y de Hacienda, Rodrigo Cerda.
Porque, aunque el proyecto del Gobierno –a diferencia de la reforma parlamentaria- no requiere un quórum calificado para su aprobación (78 votos), aun si se alineara todo Chile Vamos, que no es el caso, el Ejecutivo necesita convencer a lo menos a seis diputados de oposición para que su propuesta sortee la Cámara Baja y lo haga con la celeridad que se requiere.
Así y todo, el presidente de la Corporación, Diego Paulsen, aseguró ayer tras reunirse con los ministros Cerda y Jaime Bellolio que "nos hemos abierto a la posibilidad de una tramitación rápida y expedita".
Más difícil aún podría ser la tramitación en el Senado. Y esa fue la señal que ayer muy temprano dio la presidenta de la Cámara Alta Yasna Provoste (DC), quien insistió en que La Moneda debe promulgar el proyecto despachado por el Parlamento. De hecho, en una declaración pública suscrita por todos los senadores de oposición (24), advirtió que la jugada del Ejecutivo al presentar su propia iniciativa "agrava las tensiones entre el Gobierno y el Congreso".
No obstante, el senador Ricardo Lagos Weber (PPD), dio una luz de esperanza al Gobierno al aseverar que "va a existir un retiro del 10%", ya sea el del Congreso o el del Ejecutivo.
La oposición se organiza
Desde el Senado, Provoste ha liderado la ofensiva para que Piñera promulgue la iniciativa parlamentaria y se ha convertido en una de las principales interlocuturas de la oposición con el Ejecutivo en este episodio. Sin embargo, la DC tomará en conjunto la decisión acerca de su postura en esta materia. Con ese objetivo ayer avanzada la tarde se reunió la mesa del falangismo, liderada por Fuad Chahin, con los senadores y diputados del partido.
Siguiendo la línea expresada públicamente por Provoste, el diputado Gabriel Silber (DC) –integrante de la Comisión de Trabajo- señaló que en el partido están analizando la pertinencia de tramitar la iniciativa del Gobierno, puesto que el tercer retiro ya fue despachado. Más aun –agregó-, cuando va aparejado con una "reforma de pensiones encubierta".
Otros partidos de oposición hicieron lo mismo a nivel de bancadas, con la idea de tener clara la postura que asumirán frente a la arremetida del Gobierno hoy en el Congreso. Y una de las principales preocupaciones que ronda al sector dice relación con el costo político que pudiera acarrearle rechazar la iniciativa del Ejecutivo y si es viable, o no, mantener la disputa con La Moneda, justamente, en un escenario en que lo que espera la gente es poder contar lo antes posible con el beneficio.
Por otra parte, hay quienes analizan que dado el bajo respaldo del presidente Piñera en las encuestas –según la última Cadem tiene un 9% de aprobación-, el costo político de no apoyar su proyecto no debería ser tan alto.
"Lo más difícil de aceptar es el 2%"
Pero en la Comisión de Trabajo de la Cámara es donde se verán las primeras señales concretas acerca de la postura que adoptará la oposición.
El diputado Frank Sauerbaum (RN) parte de la base de que la oposición no correrá el riesgo de asumir el costo político de torpedear la propuesta del Gobierno. De ahí que, sumiendo que el sector no se opondrá a la tramitación, estime que un punto de debate será, sin duda, el 2% adicional. Reconoce que existen dudas transversales respecto del 1% a cargo del empleador, pues podría afectar negativamente a las pymes.
El presidente de la Comisión de Trabajo, Tucapel Jiménez (PPD), corroboró la impresión de Sauerbaum, señalando que ese será "el gran problema", porque aprobar esa propuesta significaría ir en la línea contraria a lo que su sector ha planteado estos últimos años. "Eso no resiste análisis", sentencia.
La diputada Alejandra Sepúlveda (FRVS), quien también integra Trabajo, abunda en que el tema del 2% es "el flanco" más complejo del proyecto y lo "más difícil de aceptar", porque la mayor complicación radica en se conecta con la reforma de pensiones. Adicionalmente, le preocupa que de ese 2%, un 1% sea de cargo del empleador por el efecto que puede tener sobre las pequeñas y medianas empresas (PYME), lo que es "brutal", señala. Y entre sus peticiones está que el bono de $ 200 mil para los cotizantes que no tienen fondos en sus cuentas pase directo a la CuentaRut y, adelanta, que lo que se refiere a rentas vitalicias hay que estudiarlo mucho.
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