El Premio Nobel de Economía Robert J. Aumann aseguró hoy en
Pamplona (España) que en la actual situación de crisis lo importante es
"no sentir pánico", y afirmó que espera que se solucione en un
período de tiempo relativamente corto, ya que la base de la economía es
"firme y sana".
Así lo resaltó hoy el Nobel en una conferencia de prensa
antes de participar en la XXV Jornada Viálogos, organizada por Caja Navarra
y titulada "El futuro empieza... ¡hoy!", en la que su ponencia se
centró en el papel que juegan los incentivos en la crisis.
Aumann, que recibió el Nobel en 2005 por su aportación a la
denominada "Teoría de los Juegos", considera que los fundamentos de
la economía son buenos, y que la actual filosofía de la integración de todos
los mercados mundiales en uno sólo, compartiendo habilidades y recursos,
"nos favorece a todos", por lo que cree que se podrá solucionar la
actual situación.
Hizo hincapié en que es muy importante dejar que el mercado
actúe por sí mismo, y aunque no se mostró radicalmente en contra de la
regulación, sí que señaló que hay que llevarla a cabo con cuidado, ya que si se
realiza de forma equivocada puede hacer "mucho daño".
En su opinión, una de las medidas que hay que llevar a cabo
para cambiar la actual situación es modificar la estructura de compensaciones
de los ejecutivos y directivos de los bancos, que, a su juicio, toman riesgos
sin preocuparse de las posibles consecuencias porque saben que a ellos no les
afectarán.
Aumann cree que el problema no es que cobren demasiado, ya
que su remuneración está determinada por el funcionamiento del mercado, sino
que la clave es modificar la forma en que esas primas están estructuradas,
porque como los que fracasan no son castigados por ello, su mayor motivación
sigue siendo la asunción de riesgos que sólo puede hacer perder dinero a los
accionistas, pero no a ellos.
Por otra parte, opinó que uno de los problemas más serios es
que las instituciones financieras están demasiado interrelacionadas,
invirtiendo y compartiendo sus deudas, lo que las hace "demasiado
dependientes unas de otras".
Aunque repitió que no cree que una excesiva regulación sea
buena, sí que consideró que en algunos casos es necesaria, como en éste, para
poder separar unas instituciones de otras.
En lo que respecta a las medidas que se están tomando para
combatir la crisis, el Nobel dijo que la bajada de los tipos de interés es una
solución eficaz, pero destacó que está en contra de que los gobiernos rescaten
a las grandes empresas que están en problemas.
Para el economista, esta medida es como decirles "id,
tomad riesgos, y no os preocupéis si os va mal porque el Gobierno pagará por
vosotros"; una filosofía que, en su opinión, es errónea.
Su mensaje para los consumidores ha sido animarles a que
sigan haciendo lo que creen que es bueno para ellos, y que si tienen dinero
continúen invirtiéndolo, ya que "mañana no estaremos para hacerlo",
aseguró.