La inflación impactó más al grupo de menores ingresos del país durante el año pasado
Cifras del CIES de la UDD dan cuenta de que el IPC para el quintil más pobre aumentó un 14% el año pasado, contrastando con el 11,3% del segmento más rico de la población. Desde septiembre aumentó la brecha entre ambos segmentos.
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Se suele decir entre los economistas que la inflación perjudica siempre más a los pobres, que es una suerte de "impuesto encubierto". Este lugar común se evidenció en la realidad, y con fuerza, el año pasado.
Así lo muestra un informe elaborado por el Centro de Investigación de Empresa y Sociedad (CIES), de la Universidad del Desarrollo (UDD), que calcula que en 2022 la inflación le pegó más fuerte al segmento de menores ingresos de la población, ampliando la brecha con el grupo de mayores rentas del país.
En específico, el Índice de Precios al Consumidor -IPC- para el primer quintil de ingresos, que contempla al 20% más pobre del país, anotó un registro mensual de 0,3% en diciembre, acumulando un 14% durante el año recién concluido.
La variación mensual fue idéntica para el quintil extremo: el número 5. O sea, el que engloba al 20% de los chilenos de mayores ingresos. Sin embargo, su IPC anual acumulado fue considerablemente menor, llegando a 11,3%, siendo el más bajo entre los cinco grupos analizados por el CIES.
De esta manera, se consolida la tendencia que comenzó en septiembre, cuando el costo de la vida acumulado aumentó a un ritmo mayor para el quintil más pobre respecto al más rico.
"Mientras a nivel nacional la caída en el crecimiento del IPC ha marcado una tendencia desde agosto 2022, en el caso de la canasta asociada a los hogares de menores ingresos esta tendencia no existe. Más bien desde agosto se detiene la tendencia al alza en el crecimiento del IPC pero practicamente no ha habido una reducción", señala el investigador del CIES UDD, Víctor Martínez.
El economista señala que esto no ocurre en los grupos de mayores ingresos, "quienes desde agosto han observado una reducción mucho más clara en el crecimiento de la canasta asociada al grupo". Esto, agrega, da cuenta de que el aumento del costo de la vida es mucho más "persistente" para el quintil más pobre.
En diciembre, según informó la semana pasada el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el IPC cerró el año con un aumento de 0,3%, acumulando en el ejercicio un 12,8%, el más alto desde 1991.
Entre las divisiones con aumentos en sus precios destacaron alimentos y bebidas no alcohólicas (1,1%) con 0,247 puntos porcentuales (pp.) y recreación y cultura (2,1%) con 0,138 pp. Las restantes divisiones que influyeron positivamente contribuyeron con 0,126 pp., en conjunto. A su vez, entre las divisiones que consignaron bajas mensuales en sus precios destacó transporte (-0,5%), que incidió -0,081pp.
El IPC sin volátiles presentó una variación mensual de 0,3%, mientras que el IPC menos alimentos y energía lo hizo en 0,2%.