Banco Central asume menor dinamismo y reduce expectativas del año: PIB a 3,5% y la inflación a 2,6%
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El menor ritmo de crecimiento que ha mostrado la economía chilena en los últimos meses fue reconocida esta mañana por el Banco Central, que por medio de su Informe de Política Monetaria (IPoM), recortó las proyecciones de crecimiento para este año a un rango entre 3% y 4%, lo que se reduce del 3,25% y 4,25% estimado en diciembre pasado.
"Este rango es algo inferior al proyectado en diciembre, lo que se explica por un desempeño del sector minero menor al esperado entonces", sostuvo el ente emisor.
Respecto al 2020, la entidad dirigida por Mario Marcel, subió el rango de crecimiento de 2,75% y 3,75% a uno de 3,0% a 4,0%.
Por primera vez, la autoridad entregó estimaciones de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) para 2021, las que ubicó en 2,75% y 3,75%.
En este contexto, la entidad sigue anticipando que la inversión será su componente más dinámico, con un crecimiento anual algo superior a 6% en 2019. Para 2020 y el 2021, su expansión se reducirá a valores en torno a 4%.
El consumo continuará creciendo a tasas acordes con el PIB.
En el ámbito fiscal, como supuesto de trabajo, se asume que en el 2019 la economía recibirá un impulso coherente con el Presupuesto aprobado. Desde ahí en adelante, se supone que el déficit estructural seguirá la senda de descenso gradual definida por la autoridad.
Menor inflación y se posterga alza de tasas
En cuanto a la inflación, el instituto emisor plantea que dado su menor nivel actual y la estimación de mayores holguras de capacidad, "su convergencia a 3% se retrasa respecto de lo previsto en diciembre pasado".
De este modo, el IPC terminará el 2019 con un incremento anual de 2,6%, volviendo a 3% en la primera mitad del próximo año.
Desde ahí en adelante, asume la autoridad, fluctuará alrededor de ese valor hasta el fin del horizonte de política, el primer trimestre de 2021.
Respecto de la política monetaria, el Consejo sigue considerando que la evolución de las condiciones macroeconómicas hace necesario reducir el estímulo monetario en el horizonte de política. No obstante, el cambio en las condiciones iniciales del escenario base, en particular la menor inflación observada, "lleva a que su convergencia a la meta requiera que el ritmo de normalización de la TPM sea más pausado que lo anticipado en diciembre".
Para efectos de las proyecciones, en el corto plazo, se utiliza como supuesto de trabajo la trayectoria de la tasa de interés que muestra la Encuesta de Expectativas Económicas de marzo, la que no contempla cambios en la tasa al menos durante los próximos dos trimestres.
En el mediano plazo, las proyecciones son coherentes con que la TPM alcance su nivel neutral hacia fines del horizonte de política, es decir, marzo de 2021.
El Consejo advierte que ha venido estimando que la TPM neutral se ubica entre 4% y 4,5%,
parámetro que también se revisará en el IPoM de junio.
Los riesgos externos
En lo externo, el balance de riesgo contemplado en el IPoM continúa "sesgado a la baja", o sea, que le restarían dinamismo al resultado del PIB local.
El principal peligro sigue siendo una reversión abrupta de las condiciones financieras para las economías emergentes, lo que podría gatillarse por diversos motivos, incluyendo una desaceleración más abrupta y generalizada del crecimiento mundial o una evolución negativa en los diversos focos de tensión geopolíticas que han persistido en el último tiempo.
"Si bien en un escenario de este tipo los principales bancos centrales probablemente aumentarían la expansividad de sus políticas monetarias, también podría observarse un menor apetito por riesgo y descensos en los precios de las materias primas que más que compensen esas menores tasas de interés", plantea el IPoM.